Guía paso a paso para hacer el método «curly» en casa: «El 100 % de los cabellos son aptos»

El tiempo en que el pelo rizado había que combatirlo a base de plancha y secador ha terminado. Ahora, el objetivo es nutrirlo y cuidarlo con una serie de productos naturales que confieran a la cabellera fuerza, brillo y definición. Una rutina de higiene que tiene nombre propio, método curly, pero que vale para todo tipo de cabellos. «La mayor parte de las personas tienen algún tipo de onda y este método sirve para cuidar el pelo con productos sin químicos ni calor», cuenta Esther Lestón, dependienta en Cosméticos de la Rosa (Alcalde Marchesi, 30), que vende productos profesionales de peluquería.

Este mayor interés por el cuidado del cabello ha provocado un aumento de ventas en el establecimiento. «Es un bum que también ha llegado a los hombres, que son ahora los nuevos clientes de esta rutina», cuenta Esther. Además, el propio Sergio Noya, director de producto de Cosméticos de la Rosa, dice que él antes siempre llevaba el pelo recogido, pero desde que practica el método curly, lo lleva «suelto».

El mercado ofrece un gran número de marcas y productos para seguir este sistema. Y en las redes sociales se encuentran diferentes tipos de rutinas y de trucos para conseguir el rizo perfecto y huir del encrespamiento.  Sergio y Esther proponen un paso a paso que es apto para todo tipo de cabellos y de personas, no solo los más acérrimos seguidores del método. El presupuesto que se necesita para iniciarse ronda los 70 euros, pero dura entre dos y cuatro meses en función de uso.

Cómo seguir el método curly en casa

• Antes de la rutina: lo primero que aconsejan es lavarse el pelo con un champú con sulfatos, que eliminará todo tipo de siliconas y otros productos que pueda tener el pelo. «Hay que resetear el cabello», dice Sergio. 
• Lavado: el método curly recomienda huir de los champús que tengan cualquier tipo de silicona y de sulfatos. Sin embargo, Esther señala que hay determinados artículos que tienen ese componente, pero que se marcha con los lavados y que sirve para proteger el cabello de agresiones externas. Además, Sergio aconseja que una vez al mes se debe utilizar un champú clarificante, que tiene un poco de sulfatos pero permite eliminar excesos de producto. 
• Frecuencia del lavado: ambos especialistas dicen que dependerá del cuero cabelludo de cada uno, pero que el pelo rizo suele ser más seco. Dos veces por semana es la frecuencia más adecuada. Un consejo para mantener el rizo y el aspecto entre lavados es aplicar un poco de agua y gel de peinado, que no debe llevar alcoholes, al cabello seco para darle forma.
• Qué usar después del champú: primero es un acondicionador, que sirve para desenredar. Y, después, la mascarilla. Esther recomienda utilizar dos tipos, una que hidrate y otra de proteínas, que da fuerza. Lo ideal es que cada persona consiga el equilibrio perfecto según su cabello: si el pelo está muy lacio, utilizar más la segunda, y si está áspero, aplicar la hidrante. La experta, no obstante, aconsejar dar una semana una y la siguiente, la otra. 
• Qué va después del lavado: ya fuera de la ducha pero con el pelo muy mojado, es el turno del Leave in, un acondicionador sin aclarado que sella la hidratación. «Crea una barrera que evita que se vaya el agua y protege de agresiones externas. Un paso clave para evitar el encrespamiento», dice Sergio. Y, a continuación, toca un gel de peinado sin alcoholes, que en terminología curly se llama custard. Los especialistas recomiendan aplicarlo por secciones de pelo y utilizar un peine apto para rizos. Posteriormente, hay que hacer el denominado scrunch, técnica que se basa en coger los mechones con la palma de la mano y hacer un movimiento hacia arriba mientras se aprieta suavemente.
• El secado: lo mejor es no utilizar ningún tipo de toalla para quitar la humedad. En caso de hacerlo, debe ser una de microfibra porque las de algodón «abren la cutícula del cabello y provocan encrespamiento», explica Sergio. Después tocaría el momento secador, que se debe utilizar con difusor, con baja velocidad y baja temperatura. «Sé que tarda un poco más, pero queda muy bien», confiesa Esther. 

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