A Coruña se pasa el juego del «sold out»: cuando el fenómeno musical del año es cualquier concierto

Laura García del Valle
Laura G. del Valle A CORUÑA / LA VOZ

VIVIR A CORUÑA

Ana Mena actuará por tercera vez en A Coruña en menos de dos años
Ana Mena actuará por tercera vez en A Coruña en menos de dos años Sandra Alonso

El goteo de citas musicales «imprescindibles» es constante, y cada vez más artistas agotan entradas en horas aunque los precios de los tiques no dejen de subir. ¿Estallará pronto esta burbuja?

19 jun 2024 . Actualizado a las 12:35 h.

Faltaban cinco años para que viera la luz Más, el disco más vendido de la historia de España, pero Alejandro Sanz ya había provocado 160 desmayos en el Coliseum. El multiusos de A Coruña se llenó el 5 de agosto de 1992 de miles de fans —en su mayoría mujeres y, en su mayoría, jóvenes— que llevaban meses esperando el que sería el concierto de su vida: el concierto donde escuchar en directo Pisando fuerte. Explica el responsable de la promotora Cávea, Ramón Barros, que entonces ocurría justo el fenómeno inverso al que viven los artistas en la actualidad. «Cantantes como Alejandro Sanz antes hacían cuarenta bolos y ahora tienen cien programados. Han dejado de vivir de la venta de discos para vivir de los conciertos; tanto es así que ahora lo normal es sacar un disco para justificar una gira».

El caldo de cultivo no puede ser mejor para las grandes estrellas de la música. Barros fue también director del Coliseum, y explica que varios factores hacen que, expuesto a brocha gorda, cualquier concierto sea el fenómeno musical del año. En A Coruña hay programadas un ramillete de citas musicales para los próximos meses, muchas de ellas con las entradas agotadas. Es el caso de Maná, Juan Luis Guerra, Alcalá Norte, Estopa o Bryan Adams. Otros cantantes no han colgado el cartel de todo vendido, pero resulta llamativo que queden disponibles tan pocos tiques para, por ejemplo, el concierto de Ana Mena, que ha venido dos veces a A Coruña en apenas un año; o que para ver al grupo La Raíz en el Coliseum estén libres menos de la mitad de localidades. El grupo valenciano actúa en A Coruña dentro de diez meses.

El covid, «que hizo que ahora vivamos el ocio como si no hubiera un mañana»; el bum de los festivales, «que ya son más una fiesta que un evento musical, la gente compra las entradas sin saber qué artistas tocarán»; el FOMO —un acrónimo que en inglés significa miedo a perderse algo—; y el negocio de la nostalgia, esconden fenómenos como que Melendi haya batido récords del Coliseum siendo el único artista que ha tocado en este recinto tres días seguidos. O que Estopa hiciera sold out para el concierto que dará en octubre en este mismo multiusos.

Que los millennials se estén volviendo locos por ver en el Recorda Fest a Amaral y La Oreja de Van Gogh también tiene que ver con que «la gente busca refugiarse en los artistas de su época», comenta Barros, que piensa que esto se debe además a que cada vez aparecen más cantantes, «sobre todo urbanos, que lo petan con dos o tres temas cargados de autotune y que hacen negocio con su espectáculo, el merchandasing o las barras que ofrecen los recintos grandes. Pero que dejan la calidad a un lado».

Barros no es excesivamente positivo con el bum que está viviendo la música en directo. Habla de una burbuja en la que los cachés de los artistas no dejan de subir, igual que los costes de producción y de los equipos de sonido. Esto, según explica, condiciona el precio de las entradas, pero también afecta a artistas de tamaño medio, que muchas veces las promotoras no se atreven a contratar por miedo a que no salgan las cuentas. «El público va a un concierto y dice: “¡Qué bien, cuánto ambiente!”, pero nosotros nos fijamos en las butacas vacías; porque a veces dependemos de unos pocos asientos para obtener un margen de beneficio».

Carlota Ojea, promotora en Que Arte, piensa que existe una coherencia entre el interés desmedido por la música en directo y el aluvión de conciertos que vive la ciudad. Esta experta considera que A Coruña es un «destino cultural único» y una urbe en la que hay «una tradición de consumo de espectáculos que ha eclosionado en los últimos años». «Es el comprador el que sostiene la industria comprando las entradas, porque se dice mucho que la cultura siempre está subvencionada y no es así. Mira Estopa, que no ofrece conciertos gratuitos y agotó las entradas del Coliseum en dos días». 

Más allá de los conciertos, Ojea abre el foco y menciona los musicales, que según dice, parecen estar siempre en la sombra. «Claro que hay artistas que llenan el Coliseum, pero también hay funciones de musicales en el Palacio de la Ópera que llenan los siete pases que suelen hacer en la ciudad; esto es más que la capacidad del Coliseum y es importante mencionarlo, porque están viviendo un gran momento». Así, esta profesional indica que es fundamental que se ofrezca una oferta cultural diversa, que atraiga a todo tipo de públicos. Por suerte, ella cree que en A Coruña se cumplen los mínimos, y gente de todas las edades puede disfrutar del teatro, los musicales, el arte y la música. «La danza sí que se programa cada vez menos, cuando a esta ciudad venían grandes compañías».