Victoria Díaz emprende por primera vez sola y a los 50 años en el mercado de San Agustín: «Esta zona es un caramelito»

VIVIR A CORUÑA

Victoria Díaz, dueña de Milata Bonita.
Victoria Díaz, dueña de Milata Bonita. Ángel Manso

Desde este lunes está al frente del Milata Bonita, un coqueto bar en el exterior de la plaza donde tomar un vermú o un vino acompañado de una anchoa

18 ago 2024 . Actualizado a las 12:12 h.

El exterior del mercado de San Agustín avanza a paso firme, aunque lento, en su objetivo de convertirse en el rincón de moda de A Coruña. Los locales exteriores del edificio, que el Concello adjudicó el pasado año, continúan su senda de aperturas. La última en hacerlo ha sido Victoria Díaz, quien se ha animado a emprender un negocio sola por primera vez, superada ya la mitad de su vida. Un dato que ella menciona con orgullo porque, se lamenta, «las mujeres, cuando llegamos a la mediana edad, parece que estamos desaparecidas del plano laboral, en cualquier sector».

Esta reivindicación la pone sobre la mesa porque la casualidad ha permitido que la mayor parte de las adjudicatarias de los locales exteriores de la plaza de San Agustín sean mujeres, y no solo ella está en la barrera de los cincuenta años. «No solo somos la mayoría mujeres las que hemos emprendido, sino que también somos de mediana edad. Entonces, me gusta que se emprenda, que sean mujeres, y que lo hagan, además, solas. Las mujeres de más de cincuenta existimos y valemos», sentencia.

Este nuevo reto lo ha asumido porque se enamoró del proyecto: «La zona de San Agustín es un caramelito», afirma. Y también porque la renta del local es baja. «El alquiler es muy asequible; si no, no habría podido asumirlo. En A Coruña los alquileres están imposibles», dice.

El gobierno local apostó el pasado año por renovar el entorno de la plaza de San Agustín para ayudar a su dinamización. Ofertó los puestos exteriores, a través de concesiones de 15 años, para llevar a cabo proyectos de hostelería, arte y artesanía. Nuevos negocios que se irán uniendo a los que ya existían: uno de reparto a domicilio en bicicleta y otro de reparación de calzado.

La apuesta de Díaz es la de un local donde poder disfrutar de un vermú, una cerveza o un vino; acompañados de conservas. «Tenía claro que quería emprender yo sola y no quería cocina porque no soy cocinera», sentencia. A futuro, sí piensa en elaborar gildas u otros pinchos fríos, pero con las conservas y los encurtidos como base.

El resto de locales que están ya abiertos son Segunda Vida, un negocio que cuenta con un interesante catálogo de muebles vintage, joyería artesanal y cerámica gallega; Votanikals, una floristería que fue la primera en conseguir las nuevas licencias; Milicia Gráfica, el estudio de arte que ha diseñado el cartel de las fiestas de María Pita de este año; y La Cuchara Veggie, con un recetario especializado en no utilizar productos de origen animal.