«El aliento de las llamas»: la novela que honra a doña Emilia desde el pazo de Mariñán

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Ángela Banzas, en el pazo de Mariñán
Ángela Banzas, en el pazo de Mariñán e-Me Comunicación

La compostelana Ángela Banzas ubica los misterios de su nuevo libro en este conjunto histórico-artístico de Bergondo

25 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue llegar al pazo de Mariñán y que un manto de niebla cubriese la ría de Betanzos. Cualquier otro día ese color plomizo habría sido, una vez más, la excusa perfecta para quejarse del tiempo. Pero ayer vino que ni pintado. Hacía falta limitar la visibilidad de los presentes —y una buena dosis de humedad— para entrar de lleno en El aliento en llamas, la nueva novela de Ángela Banzas, que verá la luz el jueves 26 de septiembre de la mano de Suma de Letras. 

Esta compostelana vuelve a la literatura con un libro donde «la sororidad, el paso del tiempo, el suspense y la esperanza» se convierten en elementos fundamentales de unas tramas que se acarician capa a capa. Y cuyo simbolismo —especial atención a las camelias, el fuego, el agua y los pájaros— convierte en únicos los manuscritos de una licenciada en Ciencias Políticas que acabó escribiendo de la manera más obvia: escribiendo.

Banzas coge papel y boli «todos los días del año» para abstraerse, evadirse y, por qué no decirlo, para ganarse el pan. Después de vender 70.000 ejemplares de sus tres anteriores novelas puede respirar un poco más tranquila. Aunque su mente nunca llegue a alcanzar ese estado de calma tan impropio de una escritora.

Ya maquinando nuevas historias, una visita al pazo de Mariñán en febrero le abrió los ojos. Le pareció inevitable dejarse atrapar a través de la tinta por el siglo XIX —el libro arranca en el Madrid de 1989—, un entorno inigualable como el de este conjunto histórico-artístico de Bergondo, y una tan rabiosa como perenne actualidad que pide justicia para las mujeres. Aunque sea, o precisamente por eso, echando la vista atrás. Esta es la razón por la que Banzas dedica su novela a doña Emilia. En este libro donde abundan las pasiones y el misterio, la figura de Pardo Bazán se desdobla en dos personajes, Elvira Pardo Losada, «que tiene esa parte de curiosidad y se enfrenta a condicionantes de la época en el amor y respecto al rechazo que sintió por querer ser escritora»; y la condesa de Figueroa, «que sería esa doña Emilia más mayor, con una visión más impulsiva, carnal y visceral, que me resulta muy interesante», comenta la autora.

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Banzas libra la misma batalla que su gran referente, la educación, sin la que es imposible avanzar en sociedad. «Les estoy agradecida a estas figuras [se refiere también a Gertrudis Gómez de Avellaneda, quien como la autora de La Tribuna, intentó entrar en la Real Academia Española sin éxito] porque nos han permitido colocar piedras en una autopista en la que debemos seguir trabajando». Banzas promete hacerlo. Para suerte de sus lectores —lectoras, casi siempre—, que se quedarán con la miel en los labios tras el epílogo de esta novela. «Inigualable», asegura su editor, Gonzalo Albert.