La película cuenta la historia de tres policías neoyorquinos, cuyas vidas cambian el día en el que coinciden en una operación contra la droga.
08 sep 2009 . Actualizado a las 18:38 h.Los actores estadounidenses Wesley Snipes, Richard Gere y Ethan Hawke dan muestras del estrés psicológico al que los agentes de policía están sometidos en el filme «Brooklyn's Finest», de su compatriota Antoine Fuqua y que ha sido presentada en el Festival Internacional de Cine de Venecia.
La película, que llega a la Mostra veneciana fuera de concurso, cuenta la historia de tres policías neoyorquinos a los que no les ha sucedido gran cosa en su carrera hasta el día en el que coinciden en una operación contra la droga que tendrá un dramático desenlace.
Esos tres agentes son Eddie (Richard Gere), quien está a punto de jubilarse cuando todo ocurre y que se refugia en el alcohol para olvidar la vida que lleva; Sal (Ethan Hawke), quien debe trabajar duro para sacar adelante a su mujer y cinco hijos, y Tango (Don Cheadle), convertido casi más en un delincuente tras pasar muchos años infiltrado en un ambiente delictivo.
Situación actual
«Aquí se habla de las presiones que sufren los funcionarios de Policía, sin un apoyo psicológico o financiero, que están demasiado próximos a veces a las personas que deberían meter en prisión. Habla más de las presiones que sufren y de las elecciones que deben hacer para capearlas», ha comentado Fuqua durante la rueda de prensa de presentación de la cinta.
«Soy muy amigo de muchos policías y es por esto que he trabajado tanto sobre la Policía. Se suicidan más policías en Nueva York que los que mueren en actos de servicio y esto quiere decir que hay algo que no funciona», ha añadido.
El cineasta explicó que el hecho de que no acudan a un psiquiatra tiene también que ver con que no quieren perder su trabajo y que se les retire el permiso de armas, cuando ésa en muchas ocasiones es su única salida.
Contexto
Sobre la localización de la película, Fuqua afirmó que Brooklyn es un «sitio particular, por su carácter, por el lenguaje que se habla, por la relación que se establece entre la Policía y la gente».
«Rodar allí me ha permitido estar a veces peligrosamente cercano al ambiente que se respira. La Policía nos ha dicho en muchas ocasiones que no nos quería allí, que es uno de los lugares más violentos de todo Estados Unidos», incidió.
«Pero esta energía que nos rodeaba nos ha ayudado a rodar el filme. Hay un sentido de violencia en el aire. Hemos pedido opinión a niños pequeños del lugar sobre la película, que nos decían las cosas como eran cuando nos equivocábamos», añadió.
El cineasta ha comentado que en el filme se siente una cierta tensión por la «guerra» que mantienen la Policía y la comunidad local en Brooklyn, porque, aseguró, «la comunidad local no escucha a la Policía».
Snipes comentó que él siempre se ha sentido «cómodo» rodando en este barrio neoyorquino y reconoció que Fuqua es un director que «da a los actores la posibilidad de mejorar», una cualidad, según él, que escasea entre los directores.