Fallece Luciano Emmer, el director que lanzó a la fama a Lucía Bosé

EFE

CULTURA

Muere con 91 años debido a las lesiones sufridas en un accidente de tráfico ocurrido este verano.

16 sep 2009 . Actualizado a las 19:34 h.

El italiano Luciano Emmer, director de películas de gran éxito en los años 50 como «París, siempre París» (1951) y «Tres enamoradas» (1952), que lanzaron a la actriz Lucía Bosé a la fama, ha muerto en Roma a los 91 años.

El realizador, que también era guionista y productor cinematográfico, falleció debido a las lesiones sufridas en un accidente de tráfico ocurrido este verano, informaron hoy medios italianos.

Nacido en Milán en 1918, Emmer comenzó en el mundo del documental a principios de los años cuarenta y dio el salto al largometraje de ficción con «Domenica d'agosto» (1950).

Tanto este filme como los siguientes de su filmografía se consideran como representantes del Neorrealismo italiano.

En 1951 dirigió a Bosé en la comedia «París, siempre París», y un año más tarde volvió a colaborar con ella en «Tres enamoradas», con la que obtendrían un gran éxito.

Se trata sin duda de la película más importante de la carrera de Emmer, y una de las que dieron fama internacional a la actriz, que luego filmaría en España «Muerte de un ciclista» (1955) y contraería matrimonio con el famoso torero Luis Miguel Dominguín.

En clave de comedia, cuenta los avatares de tres modistas de una boutique romana que se reúnen en la Plaza de España de la capital italiana para comer y compartir sus vidas amorosas.

Sin embargo, el director era más conocido en Italia por su labor en el campo de la publicidad televisiva, ya que fue uno de los pioneros en este país.

Emmer fue uno de los creadores del programa «Carosello», primer contenedor de publicidad en la cadena pública, RAI.

Como director de estos anuncios, el cineasta italiano colaboró con algunos de los personajes más conocidos de la sociedad italiana de ese momento: la cantante Mina, el actor cómico Totó y el dramaturgo Dario Fo, entre otros.

Tras dirigir algunos filmes más en los años cincuenta, como «Terza liceo» (1954), «El bígamo» (1956) y «El momento más bello» (1957), las dos últimas junto a Marcello Mastroianni, Emmer decidió abandonar el cine en 1960, con «La ragazza in vetrina», cuyo guión estaba firmado por Pier Paolo Pasolini.

Sólo volvió a dirigir películas 30 años después, en 1990, con «Basta! Adesso tocca a noi».

Su carrera prosiguió con los largometrajes «Una lunga notte d'amore» (2001) y «L'acqua... il fuoco» (2003), pero Emmer nunca abandonó totalmente el documental, y su última producción fue precisamente «Masolino», un documental artístico, como aquellos con los que empezó su carrera.