El instrumento que usó Björk en «Volta» se exhibe en A Coruña

CULTURA

En la feria del plan Avanza se puede ver y tocar la Reactable,?de la que existen 20 unidades y ha interesado a U2 y Lou Reed

27 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Todo estalló cuando la islandesa Björk vio en YouTube un vídeo del funcionamiento de la Reactable. Se trata de un instrumento creado por un grupo de investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona que revitaliza la idea del sintetizador modular y la caja de ritmos con un novedoso modo de uso. Solo existían tres unidades en el 2006. Una de ellas terminó en las manos de Björk. Lo introdujo en la canción Declare Independence , de Volta , su último trabajo, editado en el 2007. Luego, lo llevó en la gira de presentación y su popularidad creció exponencialmente.

Actualmente, existen unas veinte Reactable en el mundo. Una se puede ver y, sobre todo, tocar en A Coruña dentro de la feria Movimiento Avanza que tiene lugar en Palacio de Exposiciones y Congresos de A Coruña (Palexco) hasta el domingo. El compositor catalán Mikel Chamizo, encargado dentro del cometido de explicar al público su funcionamiento, recuerda que el proyecto en el que nació el instrumento arrancó en el 2003 desarrollado por Sergi Jordá, Marcos Alonso, Günter Geiger y Martin Kaltenbrunner. Su uso, a la espera de una versión comercializable, se reduce a instituciones y artistas muy escogidos. Además de Björk, por él se han interesado los miembros de U2 o Lou Reed.

Chamizo comenta que la nomenclatura del instrumento proviene de la fusión de las palabras reaction (reacción) y table (mesa) y que «en principio, no es más que un híbrido entre una caja de ritmos y sintetizador modular de los de toda la vida, iguales que los que ya había en los sesenta, pero con la particularidad de que la manera cómo se utiliza es muy novedosa. En vez de tener un sistema de cables y botoncitos, todo eso se cambia por un interfaz táctil e interactivo mediante estas fichas».

Estas fichas se clasifican en planas y cubos. «Cada una de ellas tiene una función -detalla Chamizo-. Al colocarlas sobre la mesa se iluminan, se conectan unas con otras como si se tratase de cables. Sabiendo qué es cada ficha, se pueden ir generando diferentes tipos de sonido. Una ficha es la melodía, otra el oscilador, otro es un secuenciador rítmico para medir la velocidad, etcétera. No hay nada a lo que se asemeje hoy en día».

Estética y tamaño

Uno de los aspectos más impactantes de la Reactable lo constituye la imagen. «Proporciona una estética muy atractiva para la electrónica -afirma Chamizo-. No es lo mismo ver a un músico con un ordenador, que la gente no sabe si está tocando o lo lleva grabado, que ver cómo manipula su música en vivo de este modo. Björk, por ejemplo, la proyectaba en pantallas gigantes y el público se quedaba muy impresionado al verla. Se están haciendo constantemente sesiones a nivel internacional. Su creador, por ejemplo, acaba de ir a Argentina con ella».

En el aspecto negativo figura su tamaño y peso. «Esta es versión de museo», puntualiza el compositor que, de todos modos, explica que «la querían hacer grande y redonda porque técnicamente les venía bien para fuera un instrumento de colaboración, que pudieran estar tres o cuatro personas tocando a la vez. Además de esto, querían que fuese un instrumento intuitivo y era necesario una mesa que fuera grande para mover las fichas».

De cualquier modo, Chamizo advierte que la Reactable se circunscribe a la música electrónica: «No es un violín. Tampoco un violín puede hacer estos sonidos. Esto está pensado para improvisar con música electrónica. Pierdes algo de precisión, a cambio de ganar velocidad e inmediatez. Tú puedes ir dándole forma al tema, cambiándolo y todo. Pero hay que saberla usar. Aunque parezca un juguete, hay que conocerla muy bien para poder tocarla».