En 1993, los hermanos afroamericanos Albert y Allen Hughes destacaron por el interesante thriller realista Infierno en Los Ángeles, producido a la manera indie. Algún entusiasta llegó a afirmar que eran el equivalente afroamericano a los muy de la América rural hermanos Coen. Con Dinero para quemar, dos años después confirmaron que tenían maneras. Ya en el 2001 convencieron a Johnny Depp para Desde el infierno y el resultado, sin ser pésimo, los confirmaba como todavía incapaces de tocar el cielo pese a estar dotados para las imágenes de buena factura. Con El libro de Eli el salto cuantitativo fue importante, al contar con un generoso presupuesto de 80 millones que seguro recuperarán con creces finalizado su periplo internacional, en parte gracias al tirón que todavía conserva intacto Denzel Washington. Se trata de un wéstern posapocalíptico en el que un tipo solitario deberá sortear mil y un obstáculos para salvar el libro de Eli en donde está la clave de la sabiduría que salvará al mundo.