El maestro indio fue distinguido ayer con el premio Yehudi Menuhin de la Escuela Superior de Música Reina Sofía
12 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Aunque las crónicas deportivas aseguren que cuando un equipo de fútbol juega bien parece una orquesta sinfónica, no es verdad. Una orquesta es mucho más grande y mucho más complicada. Zubin Mehta estrenó proyecto de la mano de Xacobeo Classics con la Orquesta de la Comunidadt Valenciana para demostrar hasta qué punto una orquesta es mucho más que un equipo, aunque sea de fútbol.
Mehta no gastó mucho tiempo en las ceremonias del saludo en el Auditorio de Galicia y entró directamente en materia con un Beethoven enérgico y desenfadado, una Leonora que cambió el ambiente de la cita solemne por el de la fiesta musical. El primer saludo de entre piezas ya fue respondido con entrega por parte del público gallego, casi con la misma resolución con que la orquesta asumió la obertura del compositor alemán.
La nueva orquesta de Mehta y Lorin Maazel se adaptó rápido al cambio que demandaba el programa para interpretar a un Schumann que viaja entre lo juguetón y lo melancólico. El piano de Javier Perianes se hizo con la primera línea y el director se mantuvo atento. El pianista fue aplaudido y decidió corresponder con un bis breve y delicado.
Para la segunda parte del concierto, otro cambio. La selección sobre la Salomé de Richard Strauss mudó hacia otros territorios el concierto. Salomé es un personaje que tendrá protagonismo teatral en los próximos meses en Galicia y afortunadamente este papel aficionado al afeitado muy apurado no resulta tan escandaloso en el presente como lo fue en los años en que fue compuesto y estrenado por Strauss en 1905. Según el compositor, lo mejor de esta obra consistía en ser «un espectáculo de estriptís rodeado de música sofisticada». El público de Compostela lo recibió con la circunstancia debida y, quizá, sin atender a la opinión del autor.
Mehta dejó, una vez más, la primera línea a la soprano que, según los especialistas, mejor ha encarnado musicalmente a Salomé en los últimos años: la finlandesa Camilla Nylund.
Para no contrarrestar de todo la orientación de Strauss, la selección de Salomé comenzó por la Danza de los siete velos , pero a la orquesta en su versión más amplia de la noche no le hizo falta representación para acceder a la música de puesta en escena de Strauss.
El final apoteósico de Salomé cerró el concierto, tal como estaba previsto, porque aunque el público aplaudió durante más de diez minutos a la orquesta, no hubo lugar a propina.
Premio Reina Sofía
Además de por el estreno de la noche de ayer, Zubin Mehta fue noticia también por ser el ganador del premio Yehudi Menuhin, que cada dos años concede la Escuela Superior de Música Reina Sofía para reconocer la labor de los músicos excepcionales. El premio, de carácter bianual, lo recogerá la próxima semana en el palacio de El Pardo de manos de la reina Sofía.