En el servidor del periódico hay una carpeta que se llama agencias. Es como una caja de Pandora. Cuando la abres se desatan terremotos, riadas, hambrunas y un deprimente surtido de calamidades mezcladas con eso, cada vez más vago, que llamamos actualidad. Cuando la abres, las imágenes te atrapan y trasladan a otros mundos. Cuando la abres siempre hay un intermediario. Los más puristas de nosotros, los intermediarios, defienden la mínima intervención. El fotógrafo como severo notario que se mezcla y diluye en la noticia. Luego, a veces, los trucos afloran groseramente y no todo era tan puro ni tan indómito. Pero esa es otra historia. Hoy se homenajea a ese intermediario que nos presta su retina. Una gran pantalla reventará los píxeles contra nuestra mirada. Una demostración de que ni el entusiasta periodismo ciudadano, ni las nerviosas camaritas que llenan el facebook de fotos irrelevantes, tienen nada que ver con la buena fotografía. Esa podremos verla esta noche.