Muere Arthur Penn, director de la influyente «Bonnie and Clyde»

Antonio Martín Guirado LOS ÁNGELES/EFE.

CULTURA

El filme protagonizado por Warren Beaty y Faye Dunaway, un hito en la cultura americana, marcó el cine posterior

30 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El cine llora la pérdida de Arthur Penn, uno de los directores más revolucionarios e influyentes del siglo XX, cuyas obsesiones sociopolíticas se materializaron en obras innovadoras e inmortales como Bonnie and Clyde . Penn, nacido el 27 de septiembre de 1922 en Filadelfia, falleció el pasado martes por una insuficiencia cardíaca en Manhattan a los 88 años.

El cineasta fue tres veces candidato al Oscar como mejor director por El milagro de Ana Sullivan (1962), Bonnie and Clyde (1967) y El restaurante de Alicia (1969). También aspiró al Globo de Oro como mejor director por Bonnie and Clyde , una obra de culto que logró un tremendo impacto en EE.?UU.

«Son jóvenes, están enamorados... y matan a gente». Aquel fue el eslogan promocional de la cinta, que narraba una huida fatal protagonizada por unos criminales inolvidables (Warren Beatty y Faye Dunaway), que se convirtió en todo un canto liberal, rebelde y antisistema. La escena final del filme, con la muerte de la pareja en un tiroteo, es una de las más famosas del cine. Fue el propio Beatty quien tuvo que convencer al cineasta para dirigir la cinta, inspirada en las películas europeas de arte y ensayo de los años sesenta. «Pensé que si íbamos a mostrar la violencia, realmente debíamos mostrarla como tal», dijo el propio director. «Debemos mostrar cómo es cuando alguien recibe un tiro», añadió.

El cine cambió para siempre a partir de la crudeza exhibida en aquella película, y obras de otros directores, como Easy Rider , Taxi Driver o incluso El padrino tomaron el testigo.

Penn, que se dio a conocer en televisión y dio el salto a Broadway, es autor de títulos como La jauría humana (1966), donde dirigió a Marlon Brando, Robert Redford y Jane Fonda; Pequeño gran hombre (1970), filme del Oeste en el que los indios eran los buenos, y La noche se mueve (1975), con Gene Hackman.

Entonces empezó a distanciarse de una industria que abrazaba otro tipo de producto, más cercano al entretenimiento. «La industria ha cambiado: ahora está Spielberg, que es un maravilloso relator de historias, haciendo cintas benignas que son tremendamente exitosas. Yo hago películas sobre gente que dispara y se hace daño. Amo su trabajo, pero yo nunca podría hacer algo similar», manifestó.