«Es un coitus interruptus», dice el crítico de «The New York Times» quien del trepidante ritmo de una obra que tilda de «sobreproducida».
05 nov 2010 . Actualizado a las 22:37 h.El musical basado en el filme «Mujeres al borde de un ataque de nervios», del Pedro Almodóvar, ha iniciado su andadura en Broadway sin convencer demasiado a los exigentes críticos neoyorquinos, que hoy dedican tibias y en ocasiones duras críticas a la obra que acoge el Teatro Belasco de Manhattan.
«Aquí tiene un valium. ¿Por qué tanta prisa?», titula este viernes el diario The New York Times la crítica que su especialista en Broadway, Ben Brantley, dedica a la comedia musical que se estrenó este jueves con la presencia de Almodóvar y que está basada en la cinta que dio fama internacional al aclamado director español.
El crítico, uno de los más influyentes en Nueva York, dedica un punzante artículo a la producción del Teatro del Lincoln Center y recomienda con sorna a sus responsables que «en vez de valium», tomen «de inmediato y por vía intravenosa» Ritalin, un medicamento contra el trastorno de déficit de atención por hiperactividad.
«Plagada de talento y creatividad, con un reparto y equipo repleto de premios Tony, Mujeres al borde de un ataque de nervios es, sin embargo, una triste víctima de su propia mente errante», opina el crítico, para quien «este cuento de amor loco en el Madrid de los 80 está completamente distraído de principio a fin».
Brantley arremete contra la rapidez que impera en la obra y el proceso de presentación de sus personajes, ya que «tan pronto se empieza a desarrollar un personaje, soltar una broma o sonar una canción, todo se acelera hasta otro personaje, punto argumental o número, que a su vez queda incompleto».
«Es un coitus interruptus», indica el crítico, quien se queja de que el trepidante ritmo de una obra que tilda de «sobreproducida» no permita «ni una pausa lo suficientemente larga para aplaudir el primer número de Patti LuPone, el nombre más importante del cartel».
Brantley igualmente señala que la obra «cambia de dirección constantemente, de la misma manera en que una adolescente se cambia de ropa antes de una primera cita» o «Si los actores no pueden centrarse en el espectáculo, ¿por qué debemos hacerlo nosotros?».
«Razones para estar nerviosos», titula por su parte The Wall Street Journal, que asegura que el musical es «como si hubieran intentado convertir Shoot the piano player o Wings of desire en un musical-big mac. Y los resultados, poco sorprendentemente, son un revoltijo con poco sabor».
«En lugar de adentrarse en un nuevo terreno creativo, el libreto de Mujeres al borde de un ataque de nervios sigue la ubicación y el argumento de Almodóvar servilmente, sazonando el guión con bromas sin gracia que sirven sólo para diluir el fresco diálogo del guión de la película», escribe Terry Teachout en el Journal.
Según esa crítica, incluso la música de la obra no merece aplausos, ya que la acusa de «apagada» con «letras grises».
Más receptivo ha sido en su crítica el diario New York Post, que asegura que, pese a que el musical, al que califica de «un jaleo, pero un jaleo divertido y en Technicolor», jamás encuentra «una totalidad coherente, afortunadamente muchas de sus partes son enormemente entretenidas».
Para el diario, que aplaude la actuación de las protagonistas -especialmente de Laura Benanti como Candela y de Patti Lupone como Lucía-, Mujeres al borde de un ataque de nervios está «lejos de ser perfecto, pero hay bastante en este vaso de gazpacho para verlo medio lleno (en lugar de medio vacío)».