Una sobrina de la cantante, Gisela Ávila, se presentó con un abogado en el homenaje a la artista para reclamar sus cenizas
08 ago 2012 . Actualizado a las 11:55 h.El destino final de los restos de Chavela Vargas, quien falleció el domingo pasado y cuyo cuerpo fue incinerado este martes, quedó en suspenso después de que una sobrina de la cantante exigiera que le fueran entregados para cumplir la última voluntad de la artista.
Gisela Ávila Vargas, sobrina de Chavela, se presentó acompañada de un abogado ante la prensa que cubría el homenaje a la intérprete de La Llorona y Macorina en el Palacio de Bellas Artes para pedir que se cumpliera la voluntad de la cantante.
Junto a su abogado, Ávila leyó un comunicado para exigir que las personas cercanas a la cantante les entreguen sus restos para hacer cumplir su última voluntad de que sus cenizas fueran esparcidas en el mar y no el un cerro en Tepoztlán como se había informado.
Ávila, hija de una hermana de Chavela, aseguró que la última voluntad de su tía fue «que sus cenizas sean lanzadas al mar, mitad en Veracruz, Atlántico y mitad Guanacaste, Pacífico».
La amiga y biógrafa de la intérprete de origen costarricense, María Cortina, explicó a Efe que Vargas quería que sus cenizas fueran esparcidas en el cerro Chalchi, en el poblado mexicano de Tepoztlán, y en la comunidad de los indígenas huicholes, aunque aseguró que la fecha para ello todavía no está definida.
Cortina afirmó que ese era su deseo y que no pelearía con los familiares de Chavela. «Chavela ya fue cremada», señaló Cortina, quien aseguró que no tiene «ningún interés de pelear» con la sobrina de Chavela que llegó a México y con la que aún no ha tenido contacto.
Chavela, cuyo nombre real era Isabel Vargas Lizano, nació en Costa Rica el 17 de abril de 1919 y cuando era una adolescente viajó a México, donde obtuvo la nacionalidad mexicana y vivió más de siete décadas.
Cortina explicó que supo de la presencia de los familiares de la cantante en los últimos días, pero aseguró que no ha conversado con ellos.
Contó que los familiares hablaron con el médico que atendió a Chavela, José Manuel Núñez, y que luego se enteró por medio del personal de la funeraria que había «tres personas que decían ser abogados de una sobrina de Chavela».
«Si realmente son familiares y quieren una parte de las cenizas, no tengo ningún problema»
«Parece ser que sí es una sobrina de Chavela, yo no la conozco, no sé qué haya dicho», comentó.
Explicó que «por el respeto y las enseñanzas de Chavela», no tiene ningún interés en pelear por sus restos.
«Si realmente son familiares y quieren una parte de las cenizas, no tengo ningún problema, Chavela no lo quería así, pero estoy convencida de que lo más importante para ella es que no hubiera problemas», precisó.
Asimismo, Cortina aseguró que Chavela no dejó bienes ni ingresos por sus canciones, ya que, dijo, «ella no recibía regalías por sus discos».
«En algún momento de su vida cuando ella estaba en su época de la bohemia perdió los derechos por un mal contrato», así que «no hay nada que pelear. Eso es lo que me parece más absurdo de todo», manifestó.
Cortina dijo que Chavela vivía en una casa «muy pequeña, pero muy digna» que «la rentaba a una amiga por 4.000 pesos (unos 300 dólares)».
Lo que dejó es «su dignidad, su legado, su canto, su libertad y yo estoy dispuesta a lo que sea para que no se arruine esta imagen», aseveró.