La presencia del príncipe Felipe en Johannesburgo provocó que lo sustituyese la princesa de Asturias
10 dic 2013 . Actualizado a las 21:27 h.La princesa de Asturias ha elogiado hoy a quienes valoran la importancia de la cultura, porque son «más libres y con un espíritu más crítico, fundamental en una democracia», y ha subrayado que «un país con ciudadanos que disfrutan y apoyan la cultura es un país que progresa».
En ausencia del Príncipe, que asiste en Johannesburgo al funeral por el líder sudafricano Nelson Mandela, Letizia Ortiz ha presidido en el Palacio de El Pardo la ceremonia de entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes correspondientes a 2012, con las que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha distinguido a diez personalidades del mundo artístico español.
Después de trasladar a los galardonados el saludo y la «felicitación cariñosa» de Felipe, la princesa ha argumentado que, en unos tiempos que «no son fáciles», reconocer este trabajo artístico supone «la expresión colectiva de un agradecimiento» hacia quienes encarnan «eso que llamamos cultura» y que «bien podría ser lo que nos hace sencillamente mejores».
«Los ciudadanos que mejor valoran la importancia de las Bellas Artes y, en general, de la cultura, son más libres y con un espíritu más crítico, fundamental en una democracia», ha afirmado la princesa ante los casi dos centenares de invitados a esta ceremonia, celebrada en el Patio de los Borbones del palacio, antes de afirmar: «Hablar de Bellas Artes o de cultura es hablar de libertad».
«Y aquí no es posible poner etiquetas», ha advertido Letizia Ortiz, quien, tras apuntar que todo autor aspira con su obra a «hacer pensar y sentir», ha hecho suya una reflexión que hizo el Rey hace dos años, durante la ceremonia de entrega de estos mismos premios: «La protección de la cultura es importante para el avance de nuestro país».
En este contexto, ha recordado un diálogo de la película La vie d'Adèle, del tunecino Abdellatif Kechiche, galardonada este año en Cannes con la Palma de Oro, en la que una de las protagonistas se sorprende de que el estudio de las Artes necesite el calificativo de «Bellas», como si hubiera unas «Artes Feas».
«¡Gracias! Vuestro trabajo, que es arte y es compromiso, nos importa y nos aporta», ha concluido, tras entregar las medallas de 2012 al promotor musical Alfonso Aijón, a la actriz Amparo Baró, al historiador del arte Antonio Bonet y al diseñador gráfico José María Cruz Novillo.
También al bailaor Israel Galván, al cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, a la coreógrafa Carmen Roche, al rejoneador Ángel Peralta y a los mecenas José Luis Várez y Milagros Benegas.
El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha asistido a esta ceremonia junto al ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, quien ha dicho que los galardones reconocen «a todos aquellos que sobresalen en ese territorio misterioso e inclasificable que denominamos las bellas artes».
De los artistas distinguidos ha destacado que con su «apasionada entrega» han realizado «una gran aportación a la vida cultural e intelectual de nuestro país» y sobre todo que han «transformado a mejor la realidad y el paisaje humano con el que interactúan».
Los hoy homenajeados, ha proseguido el ministro, «han materializado sus sueños y nos han aportado los frutos de su creación, frutos recogidos tras un comprometido esfuerzo y dedicación, aquellos que se requieren para alcanzar la altura de sus obras y sus trayectorias».
Igualmente, el titular de Cultura ha confiado en que las medallas sirvan para expresar «admiración» hacia unos artistas que «de manera ejemplar han sabido conquistar la excelencia a lo largo de una carrera tan compleja como envidiable».
Y ha concluido: «Su genio creativo no se ha detenido ante las circunstancias difíciles ni ante los obstáculos del camino; siempre han encontrado rendijas y resquicios por los que avanzar».
Wert se ha encargado de la «laudatio» a los premiados para calificar a Amparo Baró, la más aplaudida, de «actriz de raza», constatar que Gutiérrez Aragón es un cineasta «valiente y audaz» en cuya filmografía «no hay rastro de recetas ni moralina» y reseñar también el arte de «puro riesgo» del bailaor Israel Galván.
En nombre de todos ellos, Antonio Bonet ha dicho que la cultura y el arte «funcionan por igual en tiempos de bonanza que en los momentos más adversos», porque para quienes «consagran su existencia a las tareas del espíritu» sus obras «están siempre por encima de las circunstancias, las crisis económicas y los recortes presupuestarios».
Y, aunque «sin los recursos resulta difícil subsistir», también saben que «nunca hay que perder la esperanza y que gracias al tesón y al trabajo constante se puede alcanzar el sueño de un mundo mejor en el cual la libertad y la plenitud existencial se logran por medio de la creación y la contemplación artística».