La reunificación alemana en la literatura, un cuento largo

R. Z. BERLÍN / EFE

CULTURA

Ingo Schulze cree que la verdadera novela sobre ese relevante proceso histórico, un subgénero literario en sí mismo, es asunto pendiente y ha de ser escrita por alguien del oeste

06 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La caída del muro de Berlín, hace ahora 25 años, y la reunificación germana han sido abordadas por tantas novelas -desde Es cuento largo (1995) de Günter Grass hasta Kruso (2014) de Lutz Seiler, la gran sensación de la temporada en Alemania- que han terminado por conformar un subgénero literario, que no se limita estrictamente al proceso de la reunificación, impulsado el 9 de noviembre de 1989 con la caída del muro, sino que compone una especie de necrología de la RDA.

Algunas están escritas en clave satírica, como Héroes como nosotros (1995) o Avenida del Sol de Thomas Brussig, y otras en tono algo elegíaco, como En tiempos de la luz menguante (2013) de Eugen Ruge, quien no lamenta la desaparición de la RDA, pero sí todos los esfuerzos y sueños que se perdieron en ese experimento fallido.

Otras, como es el caso de las de Ingo Schulze que abordan el tema -Nuevas vidas (2005) y Adam y Evelyn (2008)-, se concentran en las dificultades que tienen algunos personajes para reencontrarse consigo mismos en una nueva realidad.

En todo caso, coinciden en el intento de construir una especie de contradiscurso al oficial de la reunificación, relativizando el júbilo de 1989 y 1990. Ese deseo es especialmente claro en Grass, cuya novela apareció en momentos en que en el este del país la euforia había dado paso a cierta desilusión debido al aumento del desempleo y a lo que muchos sentían como una pérdida de identidad. Cuando se publicó Es cuento largo fue un escándalo político y hubo incluso quienes acusaron a Grass de idealizar la RDA, de disculpar las prácticas criminales de la Stasi y hasta de incitar a la violencia contra el nuevo orden.

De todos modos, Grass inauguró el subgénero que luego sería seguido por otros desde perspectivas no tan políticas. Diez años después Schulze escribió Nuevas vidas, obra epistolar considerada por la crítica como «la novela sobre la reunificación tanto tiempo esperada». Como Adam y Evelyn es en parte una crónica de la desilusión. El paraíso con el que se soñaba, el oeste, es presentado como un paraíso perdido, en la medida en que ya no se puede soñar y se ha confundido con los problemas de la realidad.

Schulze cree que la verdadera novela sobre ese relevante proceso histórico es asunto pendiente y ha de ser escrita por alguien del oeste, que mostrará cómo ha cambiado la antigua República Federal de Alemania desde 1989 y debería ilustrar el desmantelamiento del estado de bienestar tras la desaparición de la amenaza comunista.