Qué es un linfoma cerebral, el tumor que padece Raphael: «El tratamiento más frecuente suele ser la quimioterapia»

ENFERMEDADES

Javier Lizón | EFE

Tan solo representa el 1 % de todos los linfomas y se cree que el virus de Epstein-Barr puede contribuir a su desarrollo en pacientes inmunocomprometidos

26 dic 2024 . Actualizado a las 19:26 h.

El cantante Raphael padece «un linfoma cerebral primario con dos nódulos cerebrales en el hemisferio izquierdo», según el parte médico del Hospital 12 de Octubre facilitado a la Agencia EFE por su agencia de representación. En él también se explica que está recibiendo un tratamiento específico que continuará de forma ambulatoria, por lo que en los próximos días recibirá el alta hospitalaria. 

Qué es un linfoma cerebral 

El linfoma es una enfermedad por la cual se forman células malignas en el sistema linfático. Este último forma parte del sistema inmunitario y está compuesto por la linfa, los vasos linfáticos, los ganglios linfáticos, el bazo, el timo, las amígdalas y la médula ósea. Los linfocitos (transportados en la linfa) entran y salen del sistema nervioso central, y cuando algunos de estos linfocitos se vuelven malignos, se cree que se forma el linfoma en el cerebro. 

En ese contexto, el cerebral es poco frecuente, representando el 1 % de todos los linfomas, según el Grupo Español de Linfomas y Trasplantes de Médula (Gentalmo). Tiene una mayor incidencia entre aquellas personas que tienen un sistema inmunitario debilitado, debido a, por ejemplo, padecer el VIH o haber sido trasplantado. En este sentido, en el 2003 el cantante fue sometido a un trasplante de hígado. «Bebía para dormir y pudo costarme la vida», declaró en el 2022 en una entrevista en el programa El Objetivo de La Sexta. 

«La causa se desconoce y su origen no son células propias del tejido cerebral, sino linfocitos. Como estos van por la sangre, aunque los linfomas suelen afectar más a ganglios linfáticos, en realidad pueden afectar cualquier órgano o tejido. Es decir, pueden darse linfomas en cualquier órgano del cuerpo, incluido el cerebro», explica Alejandro Martín García-Sancho, especialista en Hematología, formado en el Hospital Universitario de Salamanca (HUS) y miembro de la Sociedad Española Hematología y Hemoterapia (SEHH). 

Además, se cree que el virus de Epstein-Barr (el que causa la mononucleosis) puede contribuir al desarrollo de linfomas en los pacientes inmunocomprometidos.

Los síntomas 

Raphael tuvo que abandonar las grabaciones del especial de Navidad de La Resistencia de hace una semana porque empezó a encontrarse mal. Los síntomas más habituales de un linfoma de este tipo son bastante inespecíficos: pérdida de fuerza en las extremidades, trastornos del lenguaje o la visión, cambios en el carácter y el comportamiento, e incluso cuadros de aumento de la presión intracraneal que pueden provocar dolor de cabeza. 

Para su correcto diagnóstico se lleva a cabo una prueba de neuroimagen (escáner o resonancia magnética con inyección de contraste) que evidencia una lesión, aunque siempre es necesario analizar una muestra del tumor para establecer el diagnóstico definitivo. «Lo habitual es biopsiar el tumor. Lo que pasa es que puede ser difícil acceder a él a nivel del cerebro. En estos casos, se puede diagnosticar por un análisis en la sangre o en el líquido cefalorraquídeo», indica Martín.

Tratamiento

Hay diferentes tipos de tratamiento. «El más frecuente suele ser la quimioterapia. A veces también se puede usar radioterapia en el caso de los cerebrales. Se adaptará un poco adaptada a la edad del paciente, porque en las edades avanzadas a veces quimioterapias a dosis altas no se tolera bien o no se pueden administrar. Además, hay que tener en cuenta las posibles patologías asociadas», explica el hematólogo. El abanico puede llegar a extenderse a terapia con corticosteroides, inmunoterapia y terapia dirigida. 

 «Suelen ser tratamientos que duran varios meses. Se suelen poner en ciclos. Según cómo se vaya tolerando, cómo vaya respondiendo el paciente, puede ser variable. Valorando al paciente individualmente es cómo se decide el tratamiento a seguir. Porque en una persona joven puede estar más estandarizado, pero en otra de edad avanzada y con enfermedades asociadas puede variar», concluye el doctor.