La casa museo de la escritora busca imágenes con la estatua que cumple un siglo
11 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Tenía 65 años y no estuvo en la inauguración de su estatua en los jardines de Méndez Núñez de A Coruña. Sí lo hizo en el banquete posterior, al que asistieron 300 comensales. Era el 15 de octubre de 1916 y Emilia Pardo Bazán agradeció el homenaje con la rotundidad e ironía de siempre: «Recibo hoy mucho más de lo que he dado a pesar de que a ningún escritor vivo, y a acaso a ninguno de mi generación, le han sido dirigidos los ataques que a mi». Cuando está a punto de cumplirse un siglo de aquella celebración, la casa museo de la escritora, que dirige Xulia Santiso, ha puesto en marcha una forma de conmemorar este siglo: reunir el mayor número posible de fotografías hechas ante la escultura de la escritora. Y con todas las imágenes «darlle forma a unha exposición onde toda a cidadanía poderá verse reflectida», explica la directora. Además, «se houbera a fortuna de posuír algún elemento que aparece nas fotos, esta conexión pasado-presente sería máis completa aínda», apunta Santiso.
Durante años era un clásico hacerse la foto delante de la estatua. Lo recuerda, por ejemplo, Elvira Varela Bao, que tiene 90 años y es hija de dos de los actores de las Irmandades da Fala: «Mira aí estou de nena coa miña minisaia», dice, mostrando una fotografía de comienzos de los años 30 del siglo pasado. Evoca también como ya entonces la escultura de Pardo Bazán tenía una mano rota. Ha sido el signo de esta escultura hasta el extremo de que la original está actualmente en los talleres del Ayuntamiento coruñés donde ha sido reparada. «Tenía más de 350 desconchones producidos por los golpes, algunos muy importantes. Además, había perdido la mitad de una mano y trozos grandes en los pliegues del vestido. Se reconstruyeron las partes amputadas y se repararon los desconchones», explicaba el escritor Manuel Ferreiro en cargado de la restauración. En el lugar de la estatua original se ha colocado una réplica de la misma.
«Me es grato exteriorizar desde La Voz mis sentimientos»
«La dama de blanco queda recortada contra el cielo», decía Emilia Pardo Bazán aludiendo a la escultura. Era la parte literaria de unas palabras de agradecimiento en las que tras evocar los ataques recibidos decía: «Hasta esta satisfacción me han brindado: la de creer que por mi se rompe otro molde viejo». Las palabras de la escritora ponían el cierre a una jornada que había comenzado a las once de la mañana con una procesión cívica que salió de María Pita hasta los jardines donde se instaló la estatua y luego hasta la plaza de Lugo donde tuvo lugar el banquete.
En las semanas previas numerosos autores publicaron artículos elogiosos y la propia Pardo Bazán se dirigía al director de este diario para decir que la iban a «monumentalizar» y el mismo día 15 publicaba un artículo en el que empezaba diciendo: «Me es grato exteriorizar desde La Voz mis sentimientos en un día tan señalado como el de hoy...».