El magistrado autoriza el traslado desde el Museo de Lérida a partir de la medianoche del próximo lunes 11 de diciembre
07 dic 2017 . Actualizado a las 22:54 h.El Juzgado número 1 de Primera Instancia e Instrucción de Huesca ha dictado una providencia este jueves autorizando a la Guardia Civil a usar la fuerza para entrar en el Museu de Lérida a partir de las 00.00 horas del lunes 11 de diciembre. Fuentes jurídicas han informado a Europa Press que el auto del juzgado da vía libre a la Guardia Civil a trasladar del Museu de Lérida al Monasterio de Sijena las 44 piezas de arte originarias del cenobio aragonés en las primeras horas de este lunes.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Huesca ordenó la devolución de estos bienes pertenecientes al tesoro artístico del Monasterio de Sijena, tras anular la venta por parte de la Orden San Juan de Jerusalén a la Generalitat en 1983. Tras recibir el requerimiento judicial por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, dio orden, la semana pasada, de retornar las 44 piezas depositadas en Lérida al Monasterio de Villanueva de Sijena e indicó a la Generalitat a no recurrir la decisión judicial.
La Generalitat ya autorizó el regreso de 53 piezas del Museu Nacional d'Art de Catalunya MNAC a Villanueva de Sijena, en cumplimiento de la orden provisional dictaminada por la juez oscense. Este jueves, desde Catalunya se han presentado recursos para parar el traslado: la Generalitat ha recurrido la providencia del magistrado del Juzgado número 1 de Huesca que fija este lunes como plazo máximo para que el Museu de Lérida entregue al Monasterio de Sijena 44 piezas de arte.
Por su parte, el alcalde de Lérida, el socialista, Àngel Ros, ha presentado otro recurso en el que solicita que sea anulada la ejecución cautelar del envío de las obras originarias de Sijena, en depósito de la Generalitat de Catalunya en el Museo de Lérida Diocesano y Comarcal, prevista para el día 11 de diciembre del 2017».
Ros asegura que la providencia ha generado una «alarma social» muy importante en la ciudad de Lérida, que afecta a las relaciones ciudadanas y a las relaciones de vecindad con los territorios próximos de la provincia de Huesca, donde la colaboración entre Lérida y Huesca ha sido siempre ejemplar, pudiéndose calificar de relación de hermandad, contribuyendo a la relación entre Aragón y Catalunya.