Más allá de que haya detrás un buen guion, al veterano director le ha correspondido ajustar este engranaje de varios géneros para que así funcione como una película perdurable
05 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Se agotan los adjetivos. Aunque Gran Torino quizá sea su obra cumbre en la última década, Clint Eastwood nunca decepciona. Podrán sus filmes salirse con mayor o menor pulido, pero uno desearía que se tomara el 2020 como sabático (hará 90 años en mayo) y montara una academia para enseñar a rodar a buena parte de la panda de mangantes que detrás de una cámara se creen lo que no son y quizá nunca lo sean: cineastas de ley. Este señor podrá ser todo lo facha que algunos quieran creer, pero sus películas rezuman cine, cine, cine, más cine por favor. No solo luce sobriedad y eficiencia narrativa heredada de su mentor Don Siegel, e incluso de Leone, aunque menos, sino que redondea sus atmósferas, controla el tempo dramático, administra las emociones y te manda un directo al estómago cuando estás en plena ensoñación.
En Richard Jewell, más allá de que haya un buen guion, a él le corresponde ajustar este engranaje de varios géneros y lubricarlo con pericia para que funcione como una máquina perfecta, una película perdurable.
Es bien conocida la historia del segurata que en apenas unas horas pasó de héroe, al descubrir una bomba terrorista en los Juegos de Atlanta 1996, a villano por la negligente actuación del FBI y la complicidad de la prensa sensacionalista. Completan el cuadro, su madre, su abogado, el agente federal y la periodista que cae en la trampa y monta una tangana mediática.
Cualquier bisoño realizador con ínfulas autorales, con estos mimbres, haría una performance, nunca una película. Thriller, drama judicial, denuncia política y social, comedia negra, son ingredientes principales que te absorben gracias también al papelón de Paul Walter Hauser -hasta ahora apenas un secundario de cierto rango-, aunque el resto del reparto cumple también con creces. Eastwood hasta se permite licencias formales como aislar del dominante cuadro panorámico a aquellos fragmentos vinculados a los informativos televisivos, cámara en mano incluida. En fin, puro regocijo. Otra lección del maestro, aquí con Leonardo DiCaprio y Jonah Hill en la coproducción. Chámalles parvos…
«RICHARD JEWELL»
EE.UU., 2019.
Director: Clint Eastwood.
Intérpretes: Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Kathy Bates, Jon Hamm, Olivia Wilde, Wayne Duvall, Dexter Tillis, Desmond Phillips, Ian Gomez.
Drama.
131 minutos.