Pilar Jurado: «La ley de protección intelectual se debería aprender en los colegios»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

La soprano Pilar Jurado llegó a la presidencia de la SGAE hace once meses
La soprano Pilar Jurado llegó a la presidencia de la SGAE hace once meses PACO RODRÍGUEZ

«Los autores empiezan a entender que somos nosotros los que tenemos que pelear por nuestra casa», afirma la presidenta de la SGAE

21 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó a Galicia en un momento «ilusionante». Pilar Jurado (Madrid, 1968) cree que los socios de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores), entidad de la que tomó las riendas hace once meses como «absolutamente independiente», empiezan a sentirla de nuevo como propia y que esta vez se podrán aprobar sus nuevos estatutos en la asamblea general del 30 de enero. Los resultados de la preasamblea celebrada este lunes en Galicia, donde hay unos 4.200 socios, apoyan su análisis: el voto fue unánime.

-Vienen de un momento de crisis...

-Han sido once meses muy complicados porque entré con todas las bombas o estalladas o a punto de estallar. Pero vengo en un momento ilusionante. Por fin las cosas que se han estado haciendo comienzan a dar frutos, se empieza a ver que están funcionando, que la recaudación ha sido buena, que se está cambiando técnicamente la casa para que sea aún mejor, que los equipos de trabajo vuelven a estar ilusionados y que los autores empiezan a entender que somos nosotros los que tenemos que pelear por nuestra casa.

-Una bomba: la expulsión temporal de la CISAC, Confederación Internacional de Sociedades de Autores.

-Como ellos habían visto un avance pese a que todavía faltaban cosas por cumplir, porque había que aprobar estos estatutos, tomaron una medida absolutamente novedosa y por primera vez flexibilizaban una expulsión temporal. Nunca he sentido de una forma grande esa expulsión, puesto que nos dejaron las herramientas para poder seguir trabajando. Acabamos de enviar un informe exhaustivo y confío en que cuando aprobemos los estatutos puedan venir y comprobarlo.

-Otra: Perales confirma que retira su catálogo.

-La realidad es que esta es una decisión que no viene de ahora. Para empezar, todos los autores son libres de estar allí donde quieran. Estamos trabajando en todo aquello que va a permitir que la entidad funcione y por supuesto vamos a trabajar también en la proyección del repertorio. Yo estoy convencida de que no tardará mucho en volver.

-¿Qué cambios introducen los estatutos?

-Lo primero es que son los obligados para cumplir la nueva directiva europea. Durante este tiempo hemos trabajado también en el diálogo. Hay que encontrar los puntos de conexión y no los puntos de enfrentamiento.

-Se ha abordado también el sistema de voto.

-Lo que intenta la directiva es hacer más transparente y mucho más efectiva la sociedad. Casi todas las cuestiones importantes tienen finalmente que ser decididas por asamblea general, lo cual les da más importancia de decisión a los socios. Es verdad que había esta idea de un socio un voto, pero hemos tenido que buscar el equilibrio. En una asociación como la nuestra la gente que más aporta es como si tuviesen más acciones. Lo que sí que hemos hecho ha sido que todos aquellos que tienen recaudación puedan tener su voto. Y se ha creado una comisión de supervisión. Todo lo que hemos aprobado lo hemos aprobado para los estatutos y también dentro de nuestro propio reglamento.

-En los últimos años se ha deteriorado la imagen de la SGAE.

-Ya, pero hay que preguntarse también a quiénes les interesaba esa imagen. SGAE está trabajando para los trabajadores de la creación, no somos cobradores del frac. Un país evolucionado tiene que entender que tiene que proteger su cultura, y nuestra cultura es la de aquellos que están creando ahora. Hay grandes nombres que hoy son mayores y ya no pueden trabajar. Muchos de ellos si no existiese SGAE no podrían vivir. SGAE no solo es recaudación, es protección de sus autores.

-Un estudio en Galicia dice que solo el 19 % vive de lo que crea.

-Un mundo que no valora la creación artística y se siente agredido por quien crea pauperiza su propio país. El problema es que la sociedad se acostumbró a poner en el teléfono cualquier cosa y recibirla a raudales y se olvida de pagar esa cultura. La ley de protección intelectual se tendría que aprender en los colegios. La gente tiene que saber cuánto valen las ideas y lo importante que es que haya gente con ideas. Hay que transformar en positivo lo que durante tantos años se ha vendido en negativo. Y estamos en ello.

«Es muy duro ver con que facilidad se puede destruir en un momento la reputación de una persona [como Plácido Domingo]»

Ana Diosdado fue la primera presidenta, pero Pilar Jurado es la primera mujer con tanto poder ejecutivo en la SGAE.

-Cuando las mujeres ocupamos puestos de decisión somos realmente capaces de cambiar la sociedad. Por primera vez tenemos una permanente con más mujeres en una entidad en la que hay que potenciar muchísimo a las mujeres porque solo son un 14 % de los 126.000 socios. En el organigrama cada vez hay más mujeres y creo que eso va a ser un efecto llamada para aquellas creadoras que piensan que lo que crean no es tan significativo como para que haya que recaudarlo. Quiero que las mujeres empiecen a sentir que no existen techos de cristal.

-Defiende usted a Plácido Domingo.

-Cuando hablas de otra persona lo haces en la medida de tu experiencia personal. Conmigo jamás en la vida ha ocurrido nada de esto, ha sido tremendamente educado y caballeroso y jamás ha habido ningún tipo de actitud como la que están comentando. Eso no quiere decir que yo pueda decir sí, no o todo lo contrario porque yo no estaba allí y mucho menos hace treinta años. Es muy duro también ver con qué facilidad se puede destruir en un momento la reputación de una persona. Pero si supiese que alguna de estas cosas ha sido verdad jamás las aprobaría.

-Ni lo cree ni lo deja de creer.

-Es que no las conozco y yo no estuve allí. Yo no puedo entrar en esto, pero sí resulta difícil a veces ante el comportamiento diario de una persona pensarle de esa otra forma. Y desde luego soy una defensora de la mujer siempre, pero por eso también creo en la justicia. Lapidar a una persona sin pruebas me parece siempre duro, sea hombre o mujer.