La actriz y aquí directora alemana Maria Schrader cuenta en «I'm Your Man» una historia de fanta-ciencia protagonizada por una mujer y un robot humanoide
02 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La Berlinale vivió este lunes la botadura más extraña. El primero de los filmes abiertos para visionado por un número de críticos más reducido que nunca -dicen que se quiere proteger las películas de una exposición excesiva- llevaba la firma de lujo del coreano Hong Sang-soo. No se puede hablar de película de inauguración en este modelo de festival virtual que confío que sea breve interregno de grisura.
Al igual que tristes fueron los Globos de Oro -eso sí, energizados por el triunfo de esa película colosal, destinada a ser clásico súbito, que es Nomadland-, qué decir de una primera jornada de Berlinale con la Potsdamer Platz menos glamurosa que en lo más crudo de la guerra fría. Por fortuna, en Introduction, Hong Sang-soo te mete muy pronto en su cápsula de cineasta de la delicadeza y te envuelve en su pequeña gran atmósfera de humo de cigarrillo, nieve, abrazos y corazones rotos reconquistados.
El virtuosismo del coreano para filmar de soslayo y sin que apenas parezca que pasa nada formidables construcciones de drama, humor, vapores etílicos y desamores se condesa en Introduction al máximo: en poco más de una hora asistes a la educación sentimental de una pareja de adolescentes y a una formidable teoría del abrazo poliamoroso contada por un viejo actor de teatro ebrio de sake. Es siempre un prodigio ver cómo Hong simplifica (solo en apariencia) el alma humana para hablarte de sus heridas y de su sanación. Y devolverte de salida sintiéndote mejor persona.
Avi Mograbi posee una filmografía, diría que imprescindible, en la que denuncia desde dentro las tácticas de ocupación y desmembramiento del territorio palestino por el Estado israelí y su ejército. Son implacables Z-32 o Cómo aprendí a superar mi miedo y amor por Ariel Sharon. En The First 54 Years, presentada ayer, ofrece nuevos testimonios y material de archivo de las múltiples tácticas con las que su país gangrenó Cisjordania hasta dejarla inane.
La actriz y aquí directora alemana Maria Schrader cuenta en I’m Your Man una historia de fanta-ciencia que tiene parecido notable con Máquinas como yo, la penúltima pieza maestra de Ian McEwan. La idea de un mundo, en un futuro inmediato, en el cual el consumidor pueda ser dueño orgulloso de un robot tan fieramente humano que está diseñado para complacer las ansias de compañía, de lucimiento social o de orgasmos fastuosos del usuario es la que alimenta la película de Schrader. Su protagonista, Maren Eggert, es una estudiosa de culturas ancestrales, atea y con muchos problemas morales para aceptar al androide amoroso que le recita a Rilke. No quiero hacer spoilers pero viendo la perseverancia bien medida de Mister Robot, la película te da a entender que el Satisfyer tiene sus días contados.