Kin Martínez: «El amor lo mueve todo»

CULTURA

VÍTOR MEJUTO

El promotor de Xoel o Vetusta Morla, que hace gala de una orgullosa galleguidad, confiesa que, de joven, le puso copas a Rajoy en Sanxenxo

25 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Su rostro no es muy popular, pero Kin Martínez (Portas, 1971) controla la carrera de artistas del fuste de Xoel López, Vetusta Morla o Carlos Sadness; preside la asociación EsMusica y gestiona algunos de los festivales más populares de Galicia. Así que, con respecto a la industria musical, este gallego militante sabe mucho y manda bastante.

-¿Cómo van a ser los nuevos festivales de verano?

-Una cosa es como van a ser y otra cómo me gustaría que fueran. Las normativas han salido muy tarde y han obligado a una planificación previa. Así que muchos eventos planificados, cuando se vayan a celebrar podrían hacerse con más flexibilidad. A mí me preocupa la experiencia del público, que compre una entrada para ir a un festival y se encuentre con algo que no se parece en nada a lo que tiene en mente.

-¿Y entonces...?

-Debemos volver con aquellos eventos que puedan conservar su esencia. Creo que los festivales serán menos restrictivos de lo que están previstos, pero no serán aún como los de años anteriores.

-Lo que sí parece es que van a ser algo más caros.

-La implementación de los protocolos y la reducción drástica de los aforos ha traído una subida de los precios. Aún así, la variable entre el incremento de precio y los costes no es correlativo. No estamos trabajando en términos de rentabilidad, sino de mantener la actividad y perder lo menos posible.

-El público tiene ganas.

-Hay ganas, pero tenemos que ser lo más cercanos posible a la realidad. Es muy ingrato comprar entradas que luego se cancelan o se aplazan. Debemos ser lo más certeros posibles.

-En este año y pico ¿se les han quedado muchas empresas por el camino?

-Yo conozco muchísimas pequeñas empresas y autónomos que pasaron de una planificación de trabajo a una parálisis absluta. Ha habido mucha gente ingresando cero durante todo este año y con muchos gastos. En Esmerarte [la empresa que dirige y que fundó] nos hemos reinventado porque estamos muy diversificados.

-Quizás había una cierta inflación de convocatorias y la pandemia ha servido para reordenar el panorama.

-No me gustaría ver esto como una depuración del mercado. Hubo descubrimiento de otros formatos, como el streaming, más eventos al aire libre, artistas locales... Lo que me gustaría es transmitir un mensaje de positivismo desde la industria musical. Es el momento de mirar hacia el futuro con esperanza.

-¿Cómo se metió usted en este mundo?

-Mi formación es el derecho laboral y durante algún tiempo trabajé en el Servicio Galego de Colocación. Tenía una vinculación de siempre con la música. Programaba conciertos en un local de Caldas de Reis y en 1998 organizamos el festival de Cultura Quente. Cuando fui conociendo el sector pensé que se podían hacer las cosas de otra manera y me hice profesional.

-Y a crecer.

-Sí. Se han cumplido ahora 20 años del primer concierto con el proyecto Deluxe de Xoel. Y desde hace diez años, también en el mercado latinoamericano. Estamos con muchos grupos, algunos exitosos y otros no tanto. Los éxitos se miden también por los fracasos. Pero trabajamos siempre desde Galicia. Nuestro crecimiento ha sido desde Vigo al resto del mundo.

-Mucha gente que encuentra aquí una fórmula de éxito, sale hacia Madrid para multiplicarla. Y quizás no es necesario.

-Es casi una obligación intentar hacer las cosas desde donde las piensas. Yo lo tengo claro por una cuestión de identidad. Alguien puede decir que es muy gallego, pero no es más gallego que yo.

-¿Toca algún instrumento?

-No. Tengo un oído musical pésimo.

-Entonces tiene oído comercial.

-Se supone que sí. Es muy injusto cuando la gente de la industria calificamos el arte. Si se puede destacar una cualidad de nuestro trabajo es entender aquello que dentro de unos parámetros pueda tener un público objetivo que permita una industrialización de los proyectos. Mi labor es más de gestión de carreras.

-¿En qué concierto se divirtió más?

-En muchos de los que podía disfrutar era el promotor, así que no era un disfrute pleno. Recuerdo uno reciente de Xoel en el Palau de la Música de Barcelona que disfruté mucho, fue maravilloso. O en México, con Vetusta, ante 90.000 personas.

-¿Y cuál fue el primero en el que pagó una entrada?

-Siniestro Total en el campo de fútbol del Cambados. Debía tener 16 o 17 años. De aquella gestionaba un local de moda en Sanxenxo. Lo hice durante seis años. Pasaban por allí todos los políticos cuando salían.

-No me diga que le puso copas a Rajoy.

-Le puse copas a Rajoy y a todos los políticos de aquella generación. Era muy común.

-¿Celta o Dépor?

-Celta siempre y por sufrimiento. A muerte. Pero no soy antidépor.

-Dígame algunas palabras que le definan.

-Perseverancia. Respeto; a todo el mundo y realismo optimista.

-¿Cocina?

-Me gusta mucho cocinar. Lo hago para los míos. La comida de Navidad la preparo yo para todo el equipo con recetas que descubro por todo el mundo. Cocinar me relaja muchísimo. Me gusta estar con los míos y que lo pasen bien. Soy un poco abuela en ese sentido; pero es que los grandes proyectos salen siempre de las mesas.

-Dígame un lugar en el que sea feliz.

-Briallos, la aldea en la que nací. Es el lugar donde quiero estar.

-Una sola canción.

-Por lo que significa y lo que significó, Tierra, de Xoel. Para mí representa la potencialidad de la galleguidad. Muchas veces cuando estás lejos de casa, esa canción me traslada a algo tan simple como alcanzar la playa, mi tierra.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-El amor. El amor lo mueve todo. No solo el amor romántico. el amor por la naturaleza, por la tierra, por los demás, el amor propio...