Sinéad O'Connor, el coste de la independencia artística

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Detalle de un retrato fotográfico de Sinéad O'Connor que ilustra la portada del libro de memorias de la cantante irlandesa.
Detalle de un retrato fotográfico de Sinéad O'Connor que ilustra la portada del libro de memorias de la cantante irlandesa.

El sello Libros del Kultrum edita en castellano el libro de memorias de la cantante irlandesa «Remembranzas. Escenas de una vida complicada»

28 jun 2021 . Actualizado a las 08:48 h.

Pronto se cumplirán 35 años de la edición en 1987 del álbum The Lion and The Cobra, que supuso el debut discográfico de la cantante irlandesa Sinéad O’Connor (Glenageary, County Dublin, 1966). No es que hoy sea un icono juvenil, pero su figura se ha erigido desde hace tiempo en un referente generacional. Es por ello que Remembranzas. Escenas de una vida complicada, texto autobiográfico que acaba de publicar Libros del Kultrum, resulta tan adictivo. Serán muchos los que se vean reflejados en sus evocaciones y encuentren abundantes ecos de su propia historia. No hace falta compartir experiencias tan duras como el maltrato al que la sometió su madre o la horrible agresión y persecución que, dice, sufrió el día que visitó la mansión de Prince, de la que tuvo que huir ante la amenaza de quien definió como un «violento abusador de mujeres». Había sido el compositor del tema que la lanzó a su mayor triunfo, un éxito planetario, Nothing Compares 2 U. O’Connor ya advierte que ha volcado en estas memorias urgentes todos sus recuerdos -«excepción hecha de algunas cuestiones de índole privada o que prefiero sepultar en el olvido»-, por lo que su coloquial relato es parcial, pero no por ello menos verdadero. Su existencia es una lucha continua contra quienes quieren convertirla en una estrella del pop y que se pliegue a los deseos y canones de la industria. Pero ella es una rebelde, y esto, junto con los excesos y escándalos que protagonizó -como cuando rompió en televisión la foto del papa o en el concierto de homenaje a su amado Dylan-, definió su sitio, un lugar que construye sobre la libertad individual y la independencia artística. Y a quien no le guste...