Marion Cotillard: «La fama construye tu confianza, pero también puede destruirte»

María Estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

CULTURA

Cotillard, en el estreno para la prensa del musical «Annette» en Los Ángeles, el pasado día 18 de agosto.
Cotillard, en el estreno para la prensa del musical «Annette» en Los Ángeles, el pasado día 18 de agosto. Mario Anzuoni | Reuters

La actriz protagoniza el drama musical «Annette», en la que canta incluso mientras practica sexo

26 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La actriz Marion Cotillard (París, 45 años) es la protagonista junto con Adam Driver de la película Annette, que se estrenó hace unos días en España. Este musical con tintes de ópera introduce a una pareja poco convencional, interpretada por Driver y Cotillard, que descubren que van a ser padres. Él es un monologuista cómico y ella, una célebre cantante, y ambos lucharán por mantener unida su relación en medio de las presiones de la fama y la paternidad. El filme toma direcciones inesperadas con una deslumbrante astucia cargada de emociones. Dirigida por el inclasificable realizador francés Leos Carax, que ganó el premio a la mejor dirección en el reciente certamen de Cannes, Annette es un melodrama musical coescrito por Ron y Russell Mael. El Festival de Cine de San Sebastián le ha concedido a Cotillard el Donostia de la 69.ª edición, que comienza el próximo 17 de septiembre.

-¿Le gusta interpretar musicales?

-En mi infancia, mis padres y yo nos mudamos constantemente, pero me dieron la oportunidad de echar raíces en la música con una educación musical muy amplia. Allí donde iba, me buscaban un profesor o una profesora de piano y de solfeo. Fue una experiencia increíble porque al mismo tiempo que aprendí a andar, aprendí a cantar. Con este filme he tenido la oportunidad de explorar esa parte de mí.

-Leo Carax le ha exigido cantar en los lugares más complicados...

-Este es uno de los personajes más difíciles que he tenido en toda mi carrera. Leo me mantenía en guardia, un día me hizo cantar mientras fumaba, algo dificilísimo. Luego me puso unos tacones de 30 centímetros y me obligó a cantar por un camino en el que no veía nada. Esa fue la única vez que le dije que no rodaba, que no podía hacerlo. Cada día de rodaje fue una sorpresa. Cantar de la forma en que él quería sumó complejidad a la interpretación. Adam y yo nos encontramos cantando en posiciones muy complicadas, gateando o en plena coreografía del sexo, lo cual, técnicamente, modifica tu forma de cantar.

-Usted fue la gran estrella del festival de Cannes. Es imposible que se celebre un certamen sin su presencia...

-Es un festival francés y yo soy una actriz francesa, tiene sentido. Me gusta disfrutar de Cannes. Como actriz entiendo la responsabilidad de compartir mi trabajo en un foro con tantos periodistas a nuestro alrededor. Me he ido acostumbrando a compartir mi vida con los personajes que interpreto y la fama ha dejado de afectarme.

-Ganó un Óscar por su interpretación de la mítica cantante Édith Piaf en el filme La vida en rosa. ¿Fue más difícil rodar «Annette»?

-En general, cuando cantas en un musical tienes que grabar las canciones en el estudio y mientras estás en el set sincronizas los labios. En Annette se hizo en vivo, lo que significaba que el sonido del canto podía cambiar con cada movimiento del cuerpo. Tuve que entrenar para cantar mientras me movía; corriendo, caminando, agachándome... No puedes imaginar lo difícil que fue.

-Los protagonistas son amantes, pero él es un mal padre y un mal marido. ¿Hay mucho de eso en esta industria?

-Y un mal artista [bromea]. Es una visión personal del director. Creo que Leo conoció una vez a dos jóvenes titiriteros que le inspiraron parte del guion.

-La película también hace referencia a las presiones de la fama. ¿Le afectan?

-Tengo la experiencia de ser reconocida y me he cuestionado mucho en mi vida si merecía la pena perder la privacidad. ¿Por qué necesitamos los actores ser mirados, escuchados, amados por tanta gente que ni siquiera conocemos? Lo cierto es que la fama construye tu confianza, pero también puede destruirte, especialmente cuando no tienes suficiente amor por ti mismo. Ese espejo de tanta gente amándote puede ponerte en una situación en la que no encuentras tu personalidad, porque tú no eres en realidad como la gente te ve. Eso puede destruirte aún más, y es el motivo por el que hemos visto a tantas celebridades caer.

«Vamos camino de convertirnos en una sociedad dormida»

Marion Cotillard no es solo una actriz. En el último festival de Cannes estrenó como productora el documental Bigger than Us.

-Sí. Me interesa la lucha civil, el medio ambiente, el futuro de la sociedad. Es parte de mi educación. Mi abuela y mis padres siempre han sido un ejemplo para mí.

-¿Dar voz a jóvenes preocupados por problemas sociales es un acto de responsabilidad por su parte?

-Yo no veo esa labor como una responsabilidad, sino como una necesidad. Siento que debo dar voz a gente a la que no se escucha y debería ser escuchada porque tiene cosas muy importantes que decir. La ira que siento me alimenta para luchar por estos temas.

-Ante la perspectiva del futuro, ¿es optimista o pesimista?

-Soy optimista, aunque a veces me preocupo. Si algo me aterroriza es la inteligencia artificial y la tecnología. Creo que nos estamos acostumbrando a no pensar y el cerebro lo tenemos para ponerlo a funcionar. Vamos camino de convertirnos en una sociedad dormida.

-¿Qué le preguntan sus hijos?

-Mi hijo tiene diez años y mi hija solo cuatro. Es interesante estar en una situación en la que puedes mantener una conversación con ellos y abrirles la mente. Estuve en una exposición de Ai Weiwei en Francia y esa simple visita provocó una conversación interesante porque tuve la oportunidad de explicarles la situación en China, por qué Ai Weiwei fue a la cárcel y cómo algunos países no permiten hablar a los que no piensan igual.