La actriz, que inició su carrera como azafata del 'Un, dos, tres...', encontró los papeles que buscaba al final de su carrera a las órdenes de Carlos Saura y Fernando León. Falleció hace 40 días, pero la noticia no trascendió hasta ahora
23 dic 2021 . Actualizado a las 18:17 h.Su nombre permaneció siempre asociado al cine del destape, a las películas que poco antes y después de la muerte de Franco vendieron carne para los españolitos reprimidos que habían sufrido la censura durante décadas. Los títulos ya alertan de sus bondades: El juego del adulterio, Sex o no sex, Una mujer de cabaret, El último tango en Madrid, Strip-tease a la inglesa, El erotismo y la informática o La nueva Marilyn, una cinta de José Antonio de la Loma, el de Perros callejeros, que llevó a medio millón de espectadores a las salas en 1976. Desde entonces le acompañó el sambenito de La Marilyn española a una actriz que también frecuentó el cine de terror patrio durante la Transición, junto a otros mitos eróticos como Helga Liné, María José Cantudo e Inma de Santis. Películas como Vacaciones sangrientas o Las alegres vampiras de Vögel transcurrían en los Cárpatos, pero se habían rodado en un parador de Cuenca. Vampiras que llevaban doscientos años dormidas se levantaban con la marca del biquini y camisones del Corte Inglés.
Ágata Lys, nacida como Margarita García Sansegundo en Valladolid en 1953, poco podía sospechar lo que el cine le tenía reservado cuando debutó a los 17 años como Doña Inés con el cabello rubio platino en el teatro Lope de Vega de su ciudad natal. Según ha desvelado la Unión de Actores, la actriz falleció el pasado 12 de noviembre a los 68 años, aunque la noticia no ha trascendido hasta ahora. La última vez que la vimos en la pequeña pantalla fue en la serie Amar es para siempre hace 15años. Desde entonces, vivía retirada en la Costa del Sol.
Su belleza le abrió las puertas de la popularidad gracias a ser una de las azafatas del Un, dos, tres en la primera temporada. Por eso, a las siete semanas de aparecer en el programa de Chicho ya la reclamaban en películas que hicieron de ella una de las mujeres más deseadas de su tiempo. Pero, poco a poco, Ágata Lys demandó mayores retos actorales y, ya en 1977, fue la primera actriz en interpretar a una mujer transexual en el cine español en El transexual, un hito que compartió ese mismo año con Victoria Abril, que estrenó casi a la vez Cambio de sexo, de Vicente Aranda.
«Yo era muy transgresora para la época. Era la chica que brillaba en aquella España gris; si de joven no eres transgresora y rebelde, ¿cuándo lo vas a ser?», afirmaba la actriz en una de sus contadísimas entrevistas hace diez años. Ágata Lys volvió a llamarse Margarita García Sansegundo y se alejó del cine y de los periodistas. Cuando se puso un biquini en Valladolid con 15 años, su padre estuvo dos meses sin hablarle. Nunca se avergonzó de mostrar su cuerpo. «Siempre tuve claro que el desnudo no era algo impúdico. Impúdico es robar, mentir, estafar», comparaba.
El papel de amante del señorito que encarnaba Juan Diego en Los santos inocentes de Mario Camus marca el inicio de una segunda etapa de su carrera en la que encuentra respetabilidad y papeles de fuste. Tras ser la Duquesa de Longueville en El regreso de los mosqueteros de Richard Lester se puso a las órdenes de Carlos Saura en Taxi y de Fernando León en Familia. El teatro y la televisión también le proporcionaron trabajo en series como Vecinos, Curro Jiménez: El regreso de una leyenda y Mamá quiere ser artista.
Ágata Lys defendía que, en su caso, el talento le había sido más útil que el cuerpo: «En mí, el físico no ha sido lo más importante, aunque supe sacarle partido. Lo más importante ha sido mi cabeza, mi capacidad para aprender cada día». Vegetariana, aficionada a pintar cuadros surrealistas desde que tenía 15 años, disfrutaba de la paz del Mediterráneo en Benalmádena junto a su marido Fernando Soto, con quien se casó en 1982. Aquel mito al que, según asegura la leyenda, despidieron del Un, dos , tres… porque la mujer de un ministro consideró que era demasiado sexy, murió hace algo más de 40 días «en un silencio misterioso (e injusto) que no ha trascendido a los medios ni la profesión», ha escrito Valeria Vegas, la guionista de la serie Veneno.