La exposición promovida por la Fundación Marta Ortega Pérez (MOP) en A Coruña ofrece un repaso por obras icónicas del artista de origen alemán y descubre piezas de su álbum personal
18 nov 2023 . Actualizado a las 22:50 h.Un homenaje a la fotografía más real, antes de la llegada del Photoshop y del bum de lo digital, en un paseo por los límites que bordean la obra de uno de los fotógrafos más famosos de todos los tiempos, Helmut Newton (1920-2004). La muestra Helmut Newton Fact & Fiction, que la Fundación Marta Ortega Pérez abre este sábado al público en el muelle de Batería de A Coruña, ofrece un recorrido a través del trabajo transgresor, provocador, sensual y erótico del retratista australiano de origen alemán.
Polaroids, «que son como un libro del boceto del artista, joyas exquisitas», colaje de imágenes de su álbum personal y de sus reseñas en prensa y un vídeo «que muestra las distintas facetas de Helmut, la de hombre y la de trabajador», son el prólogo de la muestra que debe visitarse «con la mente abierta», según Philippe Garner, vicepresidente de la Fundación Helmut Newton y comisario del recorrido junto a Matthias Harder y Tim Jefferies. «Esta es una exposición muy especial y única», apuntó Garner, que destacó el espacio creado para la ocasión en el puerto por la arquitecta coruñesa Elsa Urquijo.
El «pistolero a sueldo», como él mismo se definía, aparece en la primera sala de la exposición tumbado de forma casual en un sillón, muestra de cómo trabajaba. «Son copias de fotos icónicas de su vida, esas imágenes son objetos expositivos per se», indica Garner. Después, obras de los años 60 y 70 entre las que están piezas especiales que resumen su esencia. «Muestra la ambigüedad, ya que contiene elementos desconcertantes, y también la sofisticación, con una figura de una mujer elegante de espaldas», señalaron los comisarios sobre una imagen de 1976 realizada para la edición francesa de Vogue. Al otro lado de la sala, una publicada en Vogue Reino Unido en 1967, en la que se aprecia la influencia del cine en su obra. En esa foto hace un paralelismo con la película North by Northwest (Con la muerte en los talones) de Alfred Hitchcock.
Y de la sobriedad del séptimo arte en blanco y negro a la provocación. «Newton era un fotógrafo guerrista. Su intención es que la foto se quedase flotando en la cabeza de la gente, que se les grabase en la retina». Un objetivo que logra. Como ejemplo, una de sus fotografías más icónicas, la de la actriz Jerry Hall posado con un filete en uno de sus ojos. La instantánea formó parte del Vogue americano en una de sus publicaciones de 1974. «Le encantaba provocar y ser polémico, era su esencia. Sabía cuáles eran los límites y le gustaba extenderlos para ver lo lejos que podía llegar. Hay diferencia entre las fotos para la edición francesa de Vogue y la de Estados Unidos, él lo sabía, exploraba los límites de cada publicación para luchar contra ellos», señaló Matthias Harder.
Esa provocación queda patente en otra de las salas de la muestra con imágenes que, en palabras de los comisarios, «podrían ser de una película». Se trata de la serie de desnudos de pie que Newton hizo en los años 80 con fotografías a tamaño real. Están realizadas en un estudio con iluminación lateral y un fondo blanco. «A él no le gustaba trabajar en los estudios, era de localizaciones y de aprovechar la luz natural, pero en este caso cogió la idea de la policía antiterrorista alemana. En la búsqueda de una banda criminal mostraban las fotos de los terroristas a tamaño real en las comisarías para que los ciudadanos pudieran reconocerlos», explicó Garner. Las imágenes fueron publicadas en el Vogue francés en 1980, pero un año después decidió exponerlas en un galería. Ese momento supuso un cambió radical en su pensamiento, ya que se percató del potencial de usar toda la pared, más allá del terreno conocido de la revista o un libro. Se trata de la serie Big Nudes (Grandes desnudos).
El erotismo continúa en piezas como en la que hace un guiño al pintor más importante del período barroco español, Diego Velázquez. Newton hizo su versión de la Venus en el espejo con una fotografía en su apartamento de París tomada en 1981. «Tiene un monitor de vídeo en lugar del cuadro dentro del cuadro del artista español. A Newton le encanta jugar dentro de las fotografías». No es su única referencia a Velázquez. En otro trabajo, Newton se hace un autorretrato inspirado en el de Las meninas. En esta fotografía se ve al fotógrafo en un espejo, mientras retrata a una modelo desnuda, y se ve también a su mujer, que lo espera sentado en una silla para ir a comer.
De los desnudos, a los paisajes, como el del coloso de los Apeninos, en Florencia, la prueba de que era mucho más que un fotógrafo de moda. «Pensó, a quién le van a interesar mis flores con mis desnudos. Aquí vemos al Newton más melancólico», señalan los comisarios, que destacan su afición por el mar, presente en varias piezas. «Le habría encantado A Coruña, muchas de sus fotos las podría haber hecho aquí», afirman los responsables de la muestra, que recalcan que le encantaría la ubicación de la exposición coruñesa entre silos industriales. Porque al artista le encantaban los contrastes.
En su larga trayectoria inmortalizó a rostros conocidos del mundo de la moda, como Yves Saint Laurent, Karl Lagerfeld o Gianni Versace, personalidades como Andy Warhol o David Bowie, modelos como Naomi Campbell o Mariacarla Boscono, o actrices como Mónica Bellucci o Charlotte Rampling. «El retrato de Charlotte resume su trabajo. Aúna las tres áreas de su obra: moda, desnudos y realidad. Ella dijo que Newton sacó cosas que ella no sabía que tenía en su interior y la ayudó a encontrar esa fuerza», apuntó Garner. Y de una mujer poderosa a otra, la dama de hierro, Margaret Thatcher.
Para entender su obra, hay que contextualizar su vida. Por eso, una galería está dedicada a la exposición Propiedad privada que realizó en 1984 como resumen de lo que había hecho hasta esa fecha y que cuenta con obras icónicas como Zapato, tomada en Monte Carlo en 1983. «El infarto que sufrió en Nueva York en 1971 fue un punto de inflexión en su carrera. Tras eso, encontró valor para profundizar en su imaginario y el Newton que conocemos ahora emergió ahí», explica el vicepresidente de su fundación. Ahora es el espectador el que puede ahondar hasta el 1 de mayo en la obra expuesta en exclusiva A Coruña sobre un fotógrafo transgresor.