Carmen Maura, sobre el motivo de su enfado con Almodóvar durante 20 años: «Ha demostrado que se equivocaba»

P. V. LA VOZ

CULTURA

Carmen Maura, en el programa «100 % Únicos»
Carmen Maura, en el programa «100 % Únicos» MEDIASET

La actriz madrileña ha rememorado el momento que llevó a finalizar su relación con el manchego tras la finalización de «Mujeres al borde de un ataque de nervios»: «Fue bastante antipático conmigo»

02 jul 2024 . Actualizado a las 13:22 h.

La relación artística entre Carmen Maura y Pedro Almodóvar fue tan fructífera como efímera. Apenas diez años de efervescencia creativa, desde que el manchego la invitó a participar en el corto en Super 8 Folle, folle, fólleme Tim en 1978 hasta la reconocida internacionalmente Mujeres al borde de un ataque de nervios en el 88, que terminaron abruptamente por un enfado que duró veinte años, hasta que el director la llamó para Volver.

La actriz ha recordado el motivo de la ruptura en su paso por el programa de Telecinco 100 % únicos, donde además ha desvelado cómo es su relación actual con el director manchego tras su aparente reconciliación profesional.

Era el año 1988. Actriz y director llevaban años demostrando una compenetración artística única. Se hacían mejores el uno al otro en una relación fructífera entre artista y musa. Además del ya mencionado corto, la intérprete había dado ya el salto al largometraje junto al realizador con Entre tinieblas, en 1983. Y le siguió una sucesión de obras en las que el manchego no hacía más que crecer exponencialmente como autor gracias a Qué he hecho yo para merecer esto, en el 84; Matador, en el 86, y el que fue su mejor trabajo juntos y uno de los más destacables de la carrera del manchego, La Ley del Deseo en el 87. Pero un año después, sorprendentemente, todo saltó por los aires.

«Fue bastante antipático conmigo», ha confesado la madrileña en el programa de Telecinco sobre su desencuentro, a raíz de Mujeres al borde de un ataque de nervios. Y eso que todo sucedió cuando el rodaje del exitoso largometraje nominado al Óscar ya estaba más que finiquitado. Fue tras la primera proyección, a la que acudió todo el equipo al completo. «Cuando salimos de verlo», narra Maura, «va y me dice: "¿Te das cuenta de que estás al 30 % de lo que podría estar una buena actriz?"». Así se lo espetó Almodóvar. «Una buena actriz». Todavía resuenan las palabras en su cabeza como un martillo que le impide disfrutar del todo de una de sus películas más destacadas en la interpretación.

Por suerte, el comentario no le afectó. «Menos mal que no soy una acomplejada», celebra Carmen Maura, que al instante de escuchar las duras palabras de su director y entonces amigo tuvo claro que no tenía razón. «Me quedé tan tranquila», confiesa. Aunque quizás no tanto como ella dice. Las consecuencias del hiriente comentario fueron demoledoras. Dinamitaron por completo una de las más destacadas colaboraciones artísticas del cine español.

«Aunque pensaras eso, no se lo tienes que decir a una actriz al salir de una proyección», justifica la intérprete sobre la decisión de romper su relación con el manchego. Fue la gota que colmó el vaso. Sin mirar atrás. Aunque ya conociera de sobra el temperamento del director. «Es muy burro», expresa. Y le sirve esa apreciación sobre su peculiar carácter para minimizar cualquier tipo de interpretación machista de sus palabras hacia ella: «Es tan burro que se lo dice a un hombre, a un gato y a un perro».

El tiempo demostraría que, efectivamente, Pedro Almodóvar se equivocaba acerca de las aptitudes interpretativas de Maura en Mujeres al borde de un ataque de nervios. «Estoy bien en la película, cumplo perfectamente», ratifica la actriz henchida de orgullo.

La intérprete no daría su brazo a torcer durante 20 años. Sería el director quien daría el paso, cuando la llamó para Volver, literal y figuradamente. En la multipremiada película, un nuevo hito autoral para Almodóvar, su antigua amiga y compañera interpretaba a Irene, la madre en la ficción de Raimunda (Penélope Cruz). Un complejo papel de mujer que regresa de entre los muertos que volvió a demostrar su química con el cine almodovariano. «Yo creo que me llamó porque no tenía otra para hacerlo», bromea.

Fue la excusa para retomar la relación entre ambos. Pero su renovado vínculo no llegó a fructificar. «Es un buen director», reconoce, «pero cada uno hace su vida, y yo no lo veo».