Los Secretos y Pancho Varona unen sus canciones en un «repertorio imbatible»

CULTURA

Actuarán juntos el próximo viernes en el Palacio de la Ópera de A Coruña
16 nov 2024 . Actualizado a las 22:57 h.Todo empezó como una relación de vecindad en los primeros ochenta. «Cogimos un local de ensayo y Sabina estaba en el de al lado», recuerda Álvaro Urquijo, cantante y guitarrista de Los Secretos. «Era la época de Sabina y Viceversa. Los Secretos entonces eran un grupo mucho más grande que nosotros. Estábamos muy orgullosos de compartir local con ellos», relata Pancho Varona quien durante años fue la mano derecha de Sabina y autor de muchas de sus canciones. E igual que ocurre en las plantas con varios pisos, aquí las vidas se entrecruzaban como dice Urquijo: «Pasábamos muchas horas allí. Nos callábamos cuando tocaba Sabina y él, supuestamente, también lo hacía con nosotros. Ahí nació una relación que luego fue a más y ambos mundos se conectaron».
La prueba de ello es que, 40 años después, Los Secretos y Pancho Varona han logrado la síntesis de sus universos sonoros y poéticos sobre un escenario. Se podrá ver en A Coruña el próximo 22 de noviembre (20.30 horas, entradas desde 35,45 euros) dentro del ciclo Coruña Live Xperience by CaixaBank, organizado por Cávea Producciones y TerraMusic & Events. «Es algo que nos apetecía mucho hacer y que fuera es muy común. Tú puedes ver en YouTube vídeos de Eric Clapton tocando con John Mayall y con quien sea. Y a nosotros nos apetecía mucho», comenta Urquijo que actuará con sus compañeros Ramón Arroyo y Jesús Redondo.
La mezcla funciona con naturalidad y armonía. Hay muchos nexos previos. «Cuando llevábamos unos meses en aquel local, Enrique Urquijo escuchó Por el túnel de Sabina y le pidió permiso para hacer una versión. Joaquín estaba súper contento con ello», rememora Varona. «Un año después la tocó en directo con nosotros», añade Urquijo. Posteriormente, vinieron otras conexiones, como ese Ojos de gata de Los Secretos e Y nos dieron las diez de Joaquín Sabina que parten de los mismos versos iniciales para caminar en dos composiciones diferentes pero hermanadas. También, El boulevard de los sueños rotos, con firma conjunta de Sabina y Urquijo. Y, cómo no, ese Quiero beber hasta perder el control de Los Secretos, con el que Varona y Sabina probaban sonido. «Es nuestra canción favorita. Me remueve mucho por dentro y me recuerda siempre a Enrique, que era amigo mío», apunta el compositor.
Con una historia como esa no resulta extraño el flujo de fanes de uno y otro proyecto. «Yo creo que un seguidor de Sabina también lo es de Los Secretos y al revés, porque todo tiene mucho que ver. Por el tipo de música, letras y cariño con el que se han hecho», opina Varona. Urquijo cree que «hay una dualidad Sabina y Los Secretos surgida a partir de la amistad y un entrelazamiento tal que es normal que eso se traslade al público. Nos basamos en principios similares, en una letra coherente y bien armada y con una melodía que lleve un guante a su medida».
Las impresiones de ambos tienen su reflejo en las butacas de los conciertos. Pueden considerarse como una suerte de lección magistral de la canción popular española de las últimas cuatro décadas. Varona, de verbo fluido y simpatía instantánea, hila con su narración el espectáculo. «Lo hace de manera excelente, explicando con palabras todo lo que rodea a la canción. Realmente, es una masterclass de cómo surgió todo», señala Urquijo. El compositor, sin embargo, precisa que él es más de tomar clases que de darlas. «Recurro a The Beatles continuamente para ello», se ríe. Donde no se escuda en la modestia es a la hora de hablar del recital: «El repertorio es imbatible», sostiene.
En este, además de la obra de Sabina y Los Secretos, hay temas muy conocidos, pero que el público general no atribuye a la firma de Varona. Es el caso de No me importa nada de Luz Casal, algo que levanta cejas en la audiencia. «Para mí es muy divertido que, 30 años después, de pronto la gente sepa que la música de No me importa nada es mía», se ríe. ¿No le molesta el papel de creador en la sombra? «Al contrario, es algo que me encanta —asegura—. Compuse para Cristina Rosenvinge, Hombres G, Manolo Tena y Ana Torroja, por ejemplo. Me gusta mucho que la gente no lo sepa y ver su cara cuando se enteran. La vida de la letra pequeña es muy bonita, si la llevas como la llevo yo, con esa alegría e ilusión que no he perdido. Yo nunca he pretendido ser un artista solista».
«Algo como esto solo mejoraría si estuviera Enrique y Sabina en el escenario»
Cuando Pancho Varona describe el espectáculo, y habla de sus virtudes con el convencimiento de que a los seguidores de ambos proyectos les encantará, sube la apuesta. Imagina lo imposible: «Algo como esto solo mejoraría si estuviera Enrique y Sabina en el escenario». Con el primero, fallecido en 1999, no se puede contar. El segundo rompió su alianza con Varona en el 2022, provocando uno de los divorcios artísticos más sonados de la música española de las últimas décadas. Pese a todo, el compositor lo menciona continuamente en positivo. «Hablo siempre bien de él, con agradecimiento, admiración y cariño —explica—. Después de 40 años, reconozco que he llevado esta vida maravillosa gracias a él. Siempre hablaré así, siempre intentaré dejarlo en el lugar más alto posible, para que se sepan mis sentimientos hacia él».
Sabina anunció el pasado mes de julio su última gira (pasará por Galicia con dos fechas en A Coruña, el 18 y 20 de septiembre). ¿Piensa que hay alguna oportunidad de volver con él? Varona se muestra pesimista: «Si no me ha sacado en el vídeo de despedida, en donde salen sus amigos, no me va a llamar para subir a un escenario. No pasa nada. Yo tengo mis conciertos y una vida maravillosa. No estoy en la gira de Sabina, pero la vida sigue». Falta la voz de Sabina en este conflicto, pero lleva años sin conceder entrevistas. «A veces pienso que no las da para que no le pregunten por mí. Lo digo medio en serio, medio en broma. Debe ser un tema incómodo para él. No entiendo por qué ya no habla con la prensa. Serían dos sueños. Que Joaquín hablase con la prensa y que me llame, aunque sea para hacer una canción juntos en el WiZink Center, en A Coruña y dónde sea».