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Los vecinos del mítico «13, Rue del Percebe», de Francisco Ibáñez, se mudan a Carabanchel

LA VOZ AGENCIAS

CULTURA

Un gigantesco mural inmortaliza la historieta de Francisco Ibáñez como conmemoración del primer día oficial del autor

15 mar 2025 . Actualizado a las 13:53 h.

Sin los inquilinos del número 13 de la rue del Percebe, posiblemente, la televisión española nunca habría dado luz a esos símbolos catódidicos patrios que son Aquí no hay quien viva ni a La que se avecina. El dibujante Francisco Ibáñez ideó en marzo del 1961 la historieta que narraba las contrariedades de todos los vecinos de este edificio de tres plantas más la azotea. Se trataba de 13, Rue del Percebe, que ahora, además de en papel, acaba de ser inmortalizada también en el barrio de Carabanchel, en la calle General RIcardos, gracias a un mural obra de los artistas NSN997 y Kerudekolorz.

La inauguración se ha hecho con motivo de los actos por el por el I Día Oficial de Francisco Ibáñez, que se celebra este sábado, 15 de marzo, fecha del nacimiento del autor. Al evento al que han acudido un centenar de personas, entre ellas, la hija del dibujante, Marta Ibáñez, la directora literaria de Bruguera, Isabel Sbert, la delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, y del concejal de Carabanchel Carlos Izquierdo.

«Si mi padre hubiera estado aquí hubiera dicho "¡guau, tengo un sucesor!", porque es exactamente idéntico y lo podría haber pintado él mismo», se ha alegrado la hija del artista, que ha agradecido públicamente a los vecinos del edificio el haber permitido realizar el mural con motivo de la conmemoración del día en honor a su padre. «A partir de ahora estarán incluidos en las historietas y cada uno se imaginará qué piso le representa», ha afirmado.

La delegada de la Comunidad de Madrid ha subrayado la capacidad del artista a la hora de retratar las relaciones personales. «Siguen estando ahí y creo que todavía tenemos que reivindicar ese sabor de barrio y esa relación entre vecinos, que era una constante en la Rue del Percebe y espero que siga siéndolo así también en las casas», ha concluido.

Por su parte, Izquierdo ha afirmado que Ibáñez «capturó como nadie las historias que se cruzan entre vecinos y los enredos de la vida diaria» y ha agradecido que se haya escogido Carabanchel, ya que es «un ejemplo de los barrios castizos que representan los valores de la obra del dibujante».

Esta intervención artística ha sido impulsada por el sello Bruguera, de Penguin Random House Grupo Editorial, y ha contado con la colaboración de la junta municipal y los vecinos del barrio.

La historieta de Francisco Ibáñez, creador de otros éxitos del cómic español como Mortadelo y Filemón, El botones Sacarino o Pepe Gotera y Otilio, supuso una revolución cuando se publicó su primera página en la revista Tío Vivo en 1961. No era la primera vez que se hacía algo así. Ya habían publicado ideas similares autores como Will Eisner o el español Manuel Vázquez Gallego en Pulgarcito. Pero como publicación con continuidad, ninguno tuvo el éxito que a larga consiguió Ibáñez con esa idea, que se quedó para la posteridad como una de las obras más queridas e icónicas del tebeo español.

A diferencia de otros cómics, en su caso no se trata de una verdadera narración secuencial, como se le presupone a este arte. Cada una de las viñetas se corresponden con el interior de cada una de las viviendas en historias que suceden simultáneamente, lo que permite seguir el orden de lectura preferido por cada lector. 

Lo cierto es que el propio Ibáñez no se sentía del todo cómodo con su creación, ya que el uso de la retícula fija constreñía su labor artística, a diferencia de sus otras creaciones. Por ello no llegó a ser una obra tan longeva como las demás del artista.

A pesar de su aparente humor inocente, ni siquiera 13, Rue del Percebe fue capaz de esquivar la censura franquista, que provocó el único cambio de inquilino en la historia de la serie. Se trataba de un científico loco que creaba extrañas criaturas y, según la ideología nacional-católica «solo Dios puede crear vida». Ibáñez aceptó la salida del personaje, aunque deslizando una crítica velada al régimen. El vecino del 2.º derecha se mudaba porque «no le va bien para el monstruo que tiene proyectado».

La influencia de la historieta de Ibáñez fue enorme. Dio nombre a una calle del municipio de Rivas-Vaciamadrid, y no se entenderían Aquí no hay quien viva o La que se avecina sin su legado en la cultura popular.