FÚTBOL / COMPOSTELA La sala de prensa de San Lázaro cambió ayer su estampa. Volvieron las cámaras de televisión y se multiplicaron los micrófonos. Caneda había anunciado cinco días atrás su comparecencia. Y tuvo eco. Pero el presidente del Compostela es una caja de sorpresas. Y ayer ofreció su lado más comedido, sin cargar las tintas. Ni siquiera salpicó su discurso con expresiones singulares, salvo en un caso, cuando precisó: «Yo no soy corto de piel, ni de mente». Incluso llevó por escrito las pautas de su alocución. Optó por el repaso histórico, la autodefensa y algún que otro envite.
11 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Caneda se mostró contundente a la hora de evaluar la deuda. La auditoría instada a principios del verano por el Ayuntamiento, y que todavía no se ha hecho pública, no le preocupa. Asegura que a 31 de julio la deuda estará en torno a los tres millones de euros (unos 500 millones de pesetas). Y se comprometió a asumir personalmente la cantidad excedente, si la hubiere. También anunció la fecha de la próxima asamblea, que se celebrará el día 23 de enero. Pidió disculpas por el retraso, achacado a los avatares que atraviesa la entidad. Defensa de la gestión Caneda defendió su gestión a lo largo de quince años. Recuerda que cuando cogió las riendas de la entidad, en Tercera, debía 156 millones de pesetas (937.000 euros) a los bancos y otros cien (600.000 euros) a diversos proveedores. Todos fueron enjugados. El Compostela también solucionó las deudas con algunos directivos. Recordó que durante trece años el club no tuvo problemas con las cuentas y que los descuadres de los dos últimos ejercicios se deben a la dificultad que entraña bajar de Primera División con 1.700 millones de presupuesto y fichas altas en la plantilla. Revindicó su dedicación por el Compos y recalcó: «Yo no soy ningún monstruo».