El guardameta gallego Sergio Aragoneses (Porriño, 1977) fue presentado ayer como nuevo jugador del Atlético de Madrid. En el acto oficial no pudo ocultar su satisfacción por regresar al conjunto rojiblanco. «Jugar en un club como el Atlético, uno de los más grandes de España, es una aspiración para cualquier futbolista», señaló Aragoneses, que al fin ayer vio cumplido su sueño de entrenar con los colchoneros, tras ser contratado hace dos años por el conjunto madrileño. «Siempre tuve la esperanza de poder jugar aquí algún día, pero hasta ahora no se habían dado las circunstancias necesarias», añadió el gallego, que ha pasado cedido sus dos años como atlético, primero en el Tenerife y luego en el Getafe. El cancerbero de Porriño, que estuvo en todo momento acompañado por el director deportivo del club, Toni Muñoz, aseguró no sentir ninguna «presión» tras militar los dos últimos años en dos equipos de Segunda División. «A mí, como a cualquier otro futbolista, lo que me gusta es jugar lo más arriba posible», comentó Aragoneses. El meta podría debutar esta misma semana, en la Copa del Rey ante el Sevilla, o en la Liga ante el Osasuna el próximo fin de semana, pero no quiso valorar, por el momento, su más que previsible titularidad, y aseguró que llega al club con la única consigna de «trabajar». Sergio Aragoneses comenzó su carrera en la élite en el Celta de Castro Santos, aunque en realidad fue un episodio esporádico y terminó recalando en el Pontevedra. El Atlético de Madrid se fijó en él y pagó al equipo rojillo 306.000 euros más una opción de compra de Paunovic. Sin embargo, prefirió no contar con el gallego para el primer equipo y cederlo al Tenerife y al Getafe. Algunos problemas de disciplina en los diferentes equipos en los que militó imposibilitaron una continuidad que podría servir para confirmar las excelentes cualidades que sus entrenadores afirman que posee. Después de su presentación, Sergio Aragoneses se entrenó bajo las órdenes de Gregorio Manzano.