El corredor kazajo lanzó otro ataque demoledor en la Pandera y ahora aventaja a Alejandro Valverde en 53 segundos.
14 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Nada más cruzar la línea de meta, Andreiy Kashechkin se abrazó a Alexander Vinokurov. Los kazajos del Astana se repartieron ayer en la Pandera dos buenos trozos del pastel de la Vuelta: la etapa para el gregario, y el blindaje del maillot oro para el jefe de filas. Vinokurov volvió a ganarle la partida a Alejandro Valverde con una exhibición bajo el lema «la mejor defensa es el ataque». El líder atacó y dejó atrás al resto de favoritos. Sólo su compañero Kashechkin pudo enlazar con él. Valverde volvió a sufrir, aunque tras el hundimiento inicial supo recuperarse y amortiguar la pérdida de tiempo para dejarla en 32 segundos, que suben a 44 debido a la bonificación. Pero ahora está a 53 de la victoria. Un mundo con la crono de Madrid por delante. El Illes Balears puso un ritmo muy fuerte durante toda la etapa, e incluso en el inicio de la subida, con Zandio, Karpets y Arroyo. Ese plan de trabajo indicaba que Valverde tenía intenciones de atacar. Astana realizó toda la jornada en una carroza real. Eusebio Unzué no podía hacer otra cosa. Tenía que jugársela, aunque llevase al enemigo descansado. Kashechkin decía bajo la niebla: «Illes Baleares ha trabajado muy bien. A mí me gusta ese ritmo, fuerte, que lleva a todo el mundo al límite y viene bien a los más fuertes». El momento crítico para Valverde llegó cuando quedaban seis kilómetros para una cima que no se divisaba. Astana lanzó primero a Kashechkin. Carlos Sastre se le pegó. El ataque de quien luego ganaría la etapa fue un señuelo. Porque fue el propio Vinokurov volvió a reventar el grupo. Ha aprendido a gestionar sus esfuerzos. Ya no es el corredor alocado de hace unos años que lanza mil ataques. Ahora lo hace sólo una vez y se va. Así dejó zanjada la cuestión. Mientras Vinokurov se tiraba encima de la bicicleta, Joaquín Rodríguez trataba de que Valverde no reventase. El murciano lo pasó mal. Logró reponerse, pero no había tiempo, ni espacio, para mitigar el sufrimiento. Kashechkin también atacó. Y los dos kazajos se unieron en cabeza. Ni siquiera pensaron en las bonificaciones, ni antes de atacar ni en la meta. Sólo les obsesionaba el tiempo que podían sumar. El mantener en vilo a un país en el que están viendo la Vuelta a España en directo. Incluso el presidente de Kazajistán la sigue. «Todo el mundo iba justo» Explicó Kashechkin tras la etapa que todo el mundo iba justo: «Notamos que Sastre iba mal. Volvía a suceder lo mismo que en Granada. Era nuestra ocasión». Y volaron. Buscaba Illes Balears un día pletórico de Valverde para conseguir esos 20 segundos en bonificación en la meta que volvieran a meterle en carrera, pero el Astana no lo permitió, porque desarboló la carrera en un terreno en el que sólo contaba el valor físico de cada ciclista. Sastre tuvo que subir a su ritmo, lo que le aleja del podio. Vinokurov no quiere hablar de que tiene amarrada la Vuelta y recuerda que queda una crono. «Hasta que llegue a Madrid no he ganado nada», insiste. Valverde reconoce que el líder es el más fuerte. «Yo he hecho lo que he podido. A Vinokurov que darle la enhorabuena y nada más», sentenció. Hoy, el pelotón afrontará una etapa rompepiernas entre Jaén y Ciudad Real, con 205 kilómetros.