El pelotón, conmocionado por la escalofriante caída de Óscar Pereiro.
20 jul 2008 . Actualizado a las 23:39 h.El gallego Óscar Pereiro, el único ganador del Tour presente en el pelotón, ha comprobado en sus huesos, en el descenso del Col del Angel, la veracidad de uno de los grandes mitos del ciclismo. Se dice que cuando uno se cae de la bicicleta de forma espectacular circulando a toda velocidad, jugándose el pellejo, apenas se hace cuatro rasguños, chapa y pintura, en el argot ciclista, y continúa en su camino. Por el contrario, cuando uno se cae de la bicicleta casi sin querer, es cuando las consecuencias suelen ser peoress. Así se cayó Pereiro, y su brazo izquierdo pagó las consecuencias. En vista a la espectacularidad del accidente, se podría decir que le salió barato.
«Se me puso la piel de gallina cuando lo vi caer», comentaba en meta Carlos Sastre, el mejor español en la general a sólo 49 segundos de Frank Schleck. La de hoy fue una caída entre tonta y espectacular. «Antes de tomar una herradura, Óscar ha perdido el equilibrio y ha saltado por los aires. Su bicicleta ha quedado en la cuneta y él ha salido despedido por los aires hasta la parte de más abajo de la carretera. No se estaba ni poniendo el chubasquero ni comiendo. Simplemente se ha despistado y el despiste le ha costado el abandono», comentaba su director Eusebio Unzúe, del Caisse d'Epargne.
Alejandro Valverde, su compañero, comentaba: «Óscar iba justo delante de mí y de repente ha desaparecido y ha quedado su bici caída. Cuando hemos tomado la curva lo hemos visto tumbado en el suelo, ¡cinco metros más abajo! Nos hemos asustado mucho». David López, otro compañero de Pereiro, se paró cuando lo vio en el suelo «estaba consciente y no paraba de preguntarnos si tenía algo en la cara, sangre, heridas. Nos hemos parado todos menos Alejandro y David Arroyo para tratar de ver si se reincorporaba y llevarlo al pelotón principal. Pero enseguida vimos que no podría continuar».
Unzúe comentaba que «hasta ha habido ciclistas que se han parado para ver a dónde iba a caer». Hace dos años, Pereiro ya sufrió un buen susto cuando bajando el imponente Col de la Madeleine en compañía del colombiano Santiago Botero, se salió en una curva. Por suerte, no había ni precipicio, ni barranco, sino un prado en el que pudo alardear sus habilidades de cicrocross cuando lo practicaba en sus tiempos de juvenil.
La caída llegó a ralentizar a un pelotón que quedó asustado por lo que vio. «Todos lo vieron y se quedaron helados», sentencia Unzúe. Ello hizo que el trío de cabeza adquiriera una renta lo suficientemente grande como para disputarse la victoria en Prato Nevoso. Unzúe argumenta que «tal y como hemos visto a Alejandro en la última subida, la verdad es que es probable que el abandono de Óscar nos haya quitado la posibilidad para ganar arriba y arañar tiempo en la general. Ha sido una pena».
El mismo Pereiro se encargó de llamar a su mujer María nada más llegar al hospital de Cuneo para comentarle que estaba bien, que sólo tenía un fuerte dolor en el brazo izquierdo tras las impactantes imágenes que se mostraron por televisión.
Antes de que llegara la noche, el ciclista gallego, que sufre una doble fractura de húmero izquierdo, fue trasladado desde Cuneo a Turín en helicóptero, donde será examinado por los médicos para practicarle un diagnóstico más completo.