El tenista español Juan Carlos Ferrero, casi seis años después de su última victoria, volvió a reencontrarse con el triunfo en un torneo ATP, al imponerse en la final de Casablanca al francés Florent Serra por 6-4 y 7-5.
Ferrero, número 115 del mundo la semana pasada, ganó su último título en el Masters Series de Madrid en el 2003, año en el que llegó a ser el número uno mundial tras alcanzar la final del Abierto de Estados Unidos y ser campeón en Roland Garros.
Desde entonces las lesiones y las enfermedades apartaron de la elite al que fuera el héroe del equipo español en la consecución de la primera Copa Davis en Barcelona en 2000 contra Australia, y este año ha visto como quedaba descolgado más allá de los cien primeros puestos de la clasificación de la ATP.
Desde aquella victoria en Madrid, el tenista de Ontinyent ha alcanzado seis finales, pero no fue capaz de ganar en ninguna, ya que perdió en Rotterdam (2004), Conde de Godó y Viena (2005), Masters Series de Cincinnati (2006), Costa do Sauipe (2007) y Auckland (2008).
En la actual campaña, Ferrero ha alcanzado los cuartos de final en Costa do Sauipe (Brasil) y en Buenos Aires, donde se produjo una lesión que le ha impedido reaparecer hasta este torneo en Marruecos donde entró como invitado especial.
El triunfo de ayer llegó en una final en una caótica final de una hora y 36 minutos. Hasta cinco veces se rompieron el servicio los jugadores durante una primera manga poco corriente, en la que el francés llegó incluso a ganar el servicio del valenciano dos veces en blanco.
No obstante, el saque poco efectivo de Serra dio ventaja al español que finalmente logró ponerse por delante y ganar la manga por 6-4.
En el segundo set, el francés se recompuso y sacó de nuevo la agresividad que había mostrado durante el resto del torneo, lo que le había permitido no ceder una sola manga hasta su enfrentamiento con Ferrero.
Serra intentó mantener al onteniense en la línea de fondo, para que éste jugara más corto y meterse en la cancha para atacar, pero Ferrero fue constante en su defensa y logró golpes profundos. El español consiguió la victoria gracias a su concentración desde el primer momento y pese a las incesantes interrupciones del público, que profería gritos incluso durante la disputa de los puntos.