Julián Simón se queda a cuadros

Javier Giraldo

DEPORTES

15 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El ridículo de Julián Simón en la carrera de 125 fue mayúsculo por hacerlo ante su propia afición. Había protagonizado un intenso mano a mano con Iannone durante toda la carrera. Cuando ya se había distanciado en la primera posición, cometió un increíble error de cálculo: celebró la victoria alzando el brazo izquierdo cuando la carrera no había terminado. Aún faltaba una vuelta. Su patrón, Jorge Martínez Aspar, se echaba las manos a la cabeza.

Iannone, Terol, Gadea, Márquez y Folger le adelantaron en la recta principal. Los encargados del equipo agitaron la pizarra para recordarle desesperadamente que la carrera no había terminado.

Desconcertado, Simón aceleró. En una intensa última vuelta, intentó recuperar posiciones, pero acabó fuera del podio por una milésima, en uno de los finales más crueles para un piloto.

«El error ha venido porque la dirección de carrera marca una serie vueltas, pero luego, en el crono grande del circuito, tardan en reaccionar. He visto L1 (Lap 1) y he tirado a muerte pensando que era ya la última vuelta, y resulta que aquí la última vuelta es L0», explicó Simón, más calmado en su box, después de acabar la carrera muy enfadado.

El piloto toledano también comentó que en su penúltimo paso por meta, cuando lideraba la carrera, se fijó más en la diferencia con respecto al segundo, Andrea Iannone, que en el número de vueltas que faltaban. «Vi que llevaba aproximadamente 0,3 segundos de ventaja y pensé que ya era la última vuelta. Luego no vi la bandera e intenté reaccionar. Al menos reaccioné bien y estuve a punto de lograr el podio», se consoló el piloto toledano.

«Ha sido una pena no haber podido cumplir el objetivo final porque había salido muy bien y estuve muy concentrado durante toda la carrera. Me sabe mal por el equipo, me hubiera gustado compensar su trabajo con una victoria», añadió.

También admitió que el patrón de su equipo, Jorge Martínez Aspar, vivió el momento de su error «bastante enfadado, pero al final hemos podido acabar la carrera y rozar el podio».

Superado el enfado inicial, Simón destacó el hecho de salir de Cataluña como líder del Mundial como la noticia más satisfactoria del fin de semana: «las sensaciones son buenas y espero poder confirmarlas en Assen»,

Triunfo de Iannone

El máximo beneficiado de la pifia de Julián Simón fue Andrea Iannone (Aprilia), quien se subió a lo más alto del podio de Montmeló. El italiano ganó la carrera por delante de Nico Terol y Sergio Gadea.

Con Bradley Smith (líder del Mundial antes del gran premio), fuera de las primeras plazas, la prueba se rompió definitivamente en la quinta vuelta, cuando Pol Espargaró, el más rápido en la salida, sufrió un problema con el cambio de marchas de su Derbi. El piloto español se quedó clavado. Su imagen, hundido en la arena de la escapatoria, fue la fotografía de la desesperación, pero habría un episodio mucho más desesperante y no fue otro que el de Julián Simón al descubrir que a la carrera que acababa de ganar aún le quedaba una vuelta.

Duelo italoespañol

Cuando Espargaró abandonó, la carrera se convirtió en un pulso entre Iannone y Simón. Fue un duelo intenso. Por detrás, un grupo de cuatro pilotos -Terol, Gadea, Folger y Márquez- peleó por la tercera plaza. El líder, Bradley Smith, rodaba demasiado lejos de la cabeza.

El pulso entre Iannone y Simón tuvo un final absolutamente inesperado. Había logrado Simón distanciarse lo suficiente como para firmar un gran premio perfecto, con victoria y liderato. Pero se despistó de manera incomprensible.

Los paneles de información mostraban L1 , es decir, Lap 1 , última vuelta. Simón pensó que ya había ganado la carrera. Iannone agradeció el regalo y se vio líder. Solo tuvo que aprovecharse del desconcierto para proclamarse vencedor por delante de dos españoles, Terol y Gadea, que se coló en el podio por una diferencia mínima y gracias a la foto finish .

Por su parte, el menudo Marc Márquez (KTM), que peleó por el podio después de salir desde la duodécima plaza, fue quinto en el gran premio de casa, mientras que Esteve Rabat fue duodécimo y Joan Olivé fue decimocuarto. Pol Espargaró y Efrén Vázquez se quedaron sin puntuar.