El suizo defiende el título en Nueva York, donde Nadal peleará por la única victoria del grand slam que le falta
31 ago 2009 . Actualizado a las 17:28 h.La pista Arthur Ashe no conoce otro amo que Roger Federer desde el verano del 2004. Entonces venció con tal autoridad a Lleyton Hewitt (6-0, 7-5 y 6-0), que la Australian Associated Press la consideró la «mayor humillación en la historia de las finales del grand slam ». Hacía más de un siglo que no terminaba con dos sets en blanco el partido por el título del US Open, que comienza hoy de nuevo en Nueva York ( Canal + Deportes, 17.00 )
Federer encadena una sensacional serie de cinco títulos seguidos. El triunfo del año pasado resultó especialmente emotivo. En Nueva York empezó su recuperación tras un año duro, en el que sufrió la mononucleosis y dio del relevo al frente del número uno mundial a Nadal, que celebró los triunfos en Roland Garros, Wimbledon y Pekín. Así que ahora ataca el sexto título seguido, proeza que solo consiguieron Richard Sears y Bill Tilden, y todavía inédita en la era open .
Federer, el gran tenista del momento, de la época, llega tras coronar al fin la cumbre de Roland Garros, tras sumar el decimoquinto grande en Wimbledon, más que ningún otro tenista jamás. «Fue un verano increíble. Espero que las cosas también vayan bien en el US Open», explica el suizo. Con los resultados y las sensaciones de su parte, vive un momento de forma magnífico. Ha ganado 26 de sus últimos 27 partidos, y el que cedió, contra Tsonga, se le fue después de un extraño bajón cuando tenía el triunfo en su mano. «Estoy muy bien físicamente y muy fresco mentalmente. Eso es importante a estas alturas de la temporada», explica.
Si Federer es el gran rival a batir, Rafa Nadal afronta un reto formidable si crece conforme avance el torneo: ganar el único título del grand slam que todavía le falta. Reapareció hace 20 días en Cincinnati después de parar durante dos meses por sus problemas de rodilla. Pero, si comienza bien, llegará a las últimas rondas ya con un mes de rodaje. Si recupera su mejor nivel, podría llevar por primera vez a Nueva York el gran duelo que ha mantenido con Federer en los últimos años a lo largo de todo el mundo.
Desposeído ahora del número dos mundial, Nadal ya avanzó que se encuentra cómodo. «Creo que llego a Nueva York mucho mejor de lo esperado. Estoy muy feliz de volver a competir en esta ciudad, y ahora toca entrenar con ilusión para llegar lo mejor preparado posible. La semana pasada en Cincinnati jugué bien y creo que fue una experiencia positiva», considera el español, semifinalista el año pasado en el US Open, cuando perdió contra Andy Murray.
Nadal, que solo se cruzaría con el escocés en una hipotética semifinal, debutará mañana contra el francés Richard Gasquet. En el programa de hoy figura el debut de Federer con el estadounidense Devin Britton (no antes de las siete de la tarde en España).