Portugal es junto a Francia, Rusia y Grecia favorita en la repesca mundialista, que jugará sin su gran estrella
14 nov 2009 . Actualizado a las 02:47 h.El Mundial de Sudáfrica espera a Cristiano Ronaldo, pero la participación del futbolista más caro de la historia y mejor jugador del planeta en el 2008, ahora lesionado, ha quedado en manos de su selección en la repesca que arrancará hoy en Lisboa frente a Bosnia. El extremo del Real Madrid no se puede imaginar una Copa del Mundo sin su presencia. Para la competición, el continente africano y los patrocinadores, un Mundial sin Cristiano también sería un golpe durísimo. Para Portugal sería un fracaso, y su seleccionador, Carlos Queiroz, pagaría el desastre. También al discutido Raymond Doménech le costará en el caso de que Francia no supere su eliminatoria frente a Irlanda.
La selección portuguesa no dispone de la teórica ventaja de campo ni tampoco se puede agarrar a su estandarte, pero es tanto lo que está en juego que no se contempla otra posibilidad que no sea ver al madridista defendiendo la camiseta de su país el próximo verano. Para Portugal, la repesca mundialista es un castigo. Para Bosnia, que estuvo en el grupo de España, un premio. Toda la presión será para los lusos, que han rezado por una milagrosa recuperación de Cristiano, a sabiendas de que no llegaría a tiempo.
A Queiroz no le quedó otro remedio que convocar a su crac hasta que los médicos certificasen en su propio país una lesión cuya gravedad llegó a poner en duda parte de la prensa lusa. Incluso se aseguró que Cristiano se entrenaba a escondidas en Madrid preparándose para el derbi contra el Barça. Las noticias interesadas no tenían sentido. El caso es que a Portugal no se le perdonaría quedarse fuera, aunque no pueda contar con su gran estrella en el momento decisivo.
El miércoles día 18 se disputará el segundo asalto en Zenica, pero Queiroz y los suyos casi están obligados a sentenciar en el estadio Da Luz, de la capital portuguesa. Con un resultado inesperado en contra, Portugal viviría cuatro días de agonía hasta que la eliminatoria se resolviese en terreno bosnio. Si se produjese una debacle, Queiroz debería dejar su puesto, posiblemente a Luis Aragonés, y Sudáfrica se vería privada de un filón mediático que lleva emparejado mucho dinero y espectáculo.
Benzema, despreciado
El Mundial no perdería tanto sin Francia, aunque de la repesca también depende el futuro de su seleccionador y la participación de otro galáctico (Benzema) despreciado por Domènech. En ningún pronóstico cabe la sorpresa ante la República de Irlanda. Aunque siempre está rodeada de dudas, para la selección francesa, que no ha dejado de dar tumbos en la fase de clasificación, la eliminación sería un fiasco.
Menos grave sería para la Rusia de Guus Hiddink, aunque está obligada a reaparecer tras su ausencia en el Mundial de Alemania 2006, y para la Grecia que fue campeona de Europa dos años antes. Los rusos se enfrentarán a Eslovenia, con la ida en Moscú, y los griegos a Ucrania, con el primer partido en campo heleno.