El icono del fútbol inglés destroza su sueño de ser leyenda

Juanma Mallo

DEPORTES

16 mar 2010 . Actualizado a las 02:11 h.

Su sueño se ha destrozado. Quería convertirse en leyenda, en el primer futbolista inglés que disputaba cuatro Mundiales consecutivos. Ya no podrá. David Beckham (2 de mayo de 1975, 34 años) se produjo el domingo «una fractura completa en el tendón de Aquiles» de su pierna izquierda. Él solo. De forma tonta. Sin que nadie le tocara, sin ningún mal gesto, tampoco un movimiento extraño.

Faltaban diez minutos, se disponía a sacar una falta y oyó ese sonido maldito: crac. Adiós a la temporada, adiós a Sudáfrica. «Está fuera del Mundial. Es un gran profesional y ha trabajado muy duro. Perderse el torneo será un golpe duro para él», se ha solidarizado Fabio Capello, técnico de los Pross , que habló con su pupilo por teléfono.

Nada más producirse la lesión, Beckham, el prototipo de futbolista galáctico, el hombre que más partidos ha disputado con su combinado (115), ya sabía que algo iba mal. Muy mal. Se retiró a la banda entre lágrimas, quebrado por el dolor y hundido por lo que suponía que le había ocurrido. De urgencia, se trasladó ayer en un avión privado a la clínica Mehailen, en Turku, la quinta ciudad de Finlandia, donde recibe el cirujano Sakari Orava, un maestro en la recomposición de tendones, autor de la recuperación de atletas como Haile Grebeselassie y Marta Domínguez y los jugadores Edu, Leo Franco y Seitaridis.

El prestigioso doctor emitió un diagnóstico desolador para Beckham, que aún tenía alguna esperanza de estar junto a sus compañeros en el Mundial. Ya no. Una vez analizada la zona, la primera decisión de Orava fue someterle a una operación de una hora. «Para empezar a tocar el balón, el período de rehabilitación se prolongará unos tres meses. Eso sí, para jugar con las máximas prestaciones, chutar y correr sin problemas, la recuperación se prolongará un mes más», sentenció el cirujano. Total: cuatro meses, cuando solo faltan algo más de ochenta días para que se inaugure la fiesta del fútbol en Johannesburgo.

Beckham, que agradeció a través de Internet todos los apoyos surgidos desde ese fatídico minuto 80, pierde un tren, quizá el último para disputar un gran torneo. En julio, el ex del Madrid y el United deberá regresar a EE.?UU. cuando finalice la cesión que él mismo propuso para gozar de minutos en un campeonato competitivo, con pedigrí, y que Capello le incluyese en la lista sudafricana. Parecía que iba por el buen camino, que ya contaba con el billete, pero el tendón de Aquiles se lo impedirá. Crac. Adiós al Mundial.