El esperpento ofrecido en el césped tuvo continuidad a su alrededor y los banquillos reprodujeron las continuas trifulcas de los 22 jugadores sobre el campo. Gregorio Manzano había cargado hace tiempo contra las maneras de Mourinho y este lo ninguneó al poco de que el técnico del Sevilla aterrizara en el cargo: «¿Quién es ese?», preguntó el portugués en una rueda de prensa hablando del entrenador de los del Pizjuán.
El pique se extendió ayer a sus ayudantes y alcanzó el clímax poco antes del descanso del choque. Carvalho agarró a Negredo cuando era el último defensor y el banquillo del Sevilla saltó en tromba a pedir la expulsión del jugador blanco. Los suplentes y el equipo técnico del Madrid se lanzaron entonces a un intercambio de insultos con los andaluces. La tensión creció principalmente en torno a dos figuras. Entre los visitantes, el delegado Cristóbal Soria. Por parte local, Silvino Louro, entrenador de porteros.
Casualmente, el portugués que trabaja para Mourinho ya había protagonizado un incidente en Gijón, cuando al subirse al autobús le soltó a Manolo Preciado un «ojalá bajéis a Segunda».
En esta ocasión, su enfrentamiento con el delegado del Sevilla a punto estuvo de llegar a las manos, ya que ambos coincidieron a la entrada del túnel de vestuarios. Como la situación se iba calentando y Louro amenazaba con lanzarse sobre Soria, el delegado de campo de los blancos, Agustín Herrerín, trató de ponerse en medio. Para sorpresa de todos, el entrenador de porteros del Real Madrid lanzó al suelo de un empujón a Herrerín, toda una institución en el Bernabéu. El árbitro concluyó la trifulca expulsando a Louro y a Soria.