Bahréin. Es el mantra que repiten los pilotos. Bahréin juzgará. La primera carrera bendecirá y condenará coches y equipos. Y no los test. Pero las pruebas previas al Mundial ofrecen una radiografía general, un aroma de lo que se cuece en el gran circo. Por eso las escuderías se espían, intentado fotografíar aquellas partes de los monoplazas que los rivales quieren ocultar.
En el 2010, en Jerez, Mark Webber realizó el mejor tiempo de todas las jornadas. Y Fernando Alonso se situó a continuación, pero a casi un segundo. Una buena pista sobre lo que vinó después.
En esta toma de contacto del 2011 han destacado Ferrari y Renault. Alonso ha rodado mucho y bien. Y Felipe Massa también ha logrado sacar partido a su F150th después de estrenarse con una humareda. La escudería francesa ya cerró el paso a Alonso y Hamilton en el último gran premio del pasado Mundial. Y en el 2011 parece seguir buscando un lugar entre los grandes. En Cheste, el bólido de negro y oro fue el más rápido. Pero entonces iba al volante Robert Kubica. Con Vitaly Petrov no es lo mismo. Nick Heidfeld, que brilló el sábado como sustituto del polaco, puede convertirse en el nuevo número uno de Renault.
Red Bull se mantiene al acecho. Marcó territorio con el fulgurante estreno de Sebastian Vettel. Después fue perdiendo gas. Él y otros favoritos han encontrado dificultades para que los neumáticos duros de Pirelli alcancen una temperatura óptima. Nadie se fía de un equipo que siempre guardó sus cartas en los ensayos libres del 2010.
Y resta saber si Lewis Hamilton y Jenson Button acabarán de domar su coche tras el cambio radical de McLaren. Bahréin.