
El ciclista escocés insinúa en televisión que el navarro se dopó en alguno de los Tours que ganó
28 sep 2012 . Actualizado a las 20:22 h.Michael Robinson le mira a los ojos y sonríe mientras desliza la pregunta: «¿Pensabais que Induráin corría con alguna ayuda?».
La leyenda del intocable se tambalea. El protagonista del último capítulo de Informe Robinson -David Millar, conocido ciclista británico que pasó dos años suspendido tras reconocer haberse dopado en el 2001 y el 2003- parece defender al pentacampeón navarro: «Honestamente creo que Miguel ganó el Tour de Francia limpio». Pero entonces estira su respuesta: «No creo que ganara limpio todos los Tour de Francia». Para volver sobre sus pasos: «Creo que al menos un Tour de Francia sí lo ganó limpio».
Lanzada la piedra, el deportista pone paños calientes: «Miguel es una impresionante leyenda del deporte. Fue el último gran campeón. Un señor. La razón por la que yo me enamoré del ciclismo».
Un amor que no impide a Millar sumar el nombre de Indurain al de los, a su juicio, manchados por el consumo de sustancias prohibidas. Y, entre titubeos, explica el motivo. «El tema de fondo es que... (pausa de suspense) yo sería incongruente con la postura que defiendo si te dijera que pienso que Miguel corrió limpio toda su carrera».
Y a falta de pruebas que esgrimir, el británico casi se disculpa con Robinson. «Te aseguro que jamás haría nada que pudiera manchar lo que es Miguel Indurain. Creo que, como otros corredores, fue una víctima de una época del deporte. Hay una generación entera de ciclistas que tomó decisiones que no fueron suyas», afirma, como conclusión, el protagonista del capítulo.
La cruzada del arrepentido David Millar no conoce vacas sagradas. El autor del libro Pedaleando en la oscuridad se ha distinguido por propagar que quienes se ayudan de sustancias prohibidas para triunfar sobre la bici, son (o al menos fueron) mayoría. Una mayoría de la que no escaparía el navarro que venció machaconamente la ronda gala entre 1991 y 1995.
Indurain dio positivo una vez en todo ese tiempo. Fue en 1994, por salbutamol, pero no hubo sanción para el deportista porque el consumo de dicha sustancia se atribuyó a sus problemas de asma. Sin embargo, y pese a la inmaculada hoja de servicios, no han faltado voces que pusieran en duda la limpieza de los logros del gran referente del ciclismo español. El penúltimo, el periodista José María García, que señaló a finales del 2010 que «Indurain se retiró justo antes de que comenzaran a realizarse análisis de sangre». García llegó a insinuar que Indurain se habría dopado en sus dos últimos triunfos de la mano del doctor Padilla, el mismo que ejercía al frente del Athletic de Bilbao cuando se destapó el caso Gurpegui.
El gigante se bajó de la bici una tarde de septiembre en el Mirador del Fito. Allí comenzó el mito del «último campeón». «Un señor» al que Millar pone bajo sospecha.