Atlético y Real Madrid alcanzaron un acuerdo para disputar la final de Copa del Rey en el estadio madridista
08 mar 2013 . Actualizado a las 23:02 h.El pacto no escrito de alternancia que, según Enrique Cerezo, existía entre el Atlético y el Real Madrid, se ha roto. El presidente rojiblanco apostaba por el Vicente Calderón como sede de la final de la Copa del Rey pero, finalmente, se ha impuesto la lógica de jugar en el recinto de mayor capacidad y será el Santiago Bernabéu el que acoja el derbi madrileño. El estadio blanco cuenta con 85.000 asientos, por los 55.000 del campo colchonero.
Además, como estaba cantado, la petición-obligación de TVE -que cuenta con los derechos de la retransmisión- de cambiar la fecha marcada por la Federación Española de Fútbol (FEF) por su coincidencia con Eurovisión se ha tenido en cuenta y, finalmente, el encuentro se traslada del sábado 18 de mayo al viernes 17, a las 21.30 horas. Para la televisión pública española era fundamental separar dos de los eventos que mejores audiencias le reportan a lo largo del año. En 2012, el Barça-Athletic atrajo a 7,7 millones de personas frente al televisor y cosechó un 41,9% de 'share', mientras que el festival alcanzó los 6,5 millones de espectadores con un 43,5% de cuota de pantalla.
El acuerdo entre los dos finalistas fue rápido y bastó apenas media hora para fijar la fecha y la hora en la reunión que tuvo lugar en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. A la cita acudieron Emilio Butragueño y Manuel Redondo, director de Relaciones Institucionales y director general de la Presidencia del club blanco, respectivamente, y Clemente Villaverde y Fernando Fariza, el gerente y el director del Área Social del Atlético.
Ambas partes se mostraron satisfechas por la decisión tomada y destacaron la «extraordinaria relación» existente que permitió que todas las decisiones se tomaran por consenso.
Butragueño se mostró exultante por esta «fiesta del fútbol madrileño» y, por ello, acudía al encuentro con la certeza de que el aforo iba a ser un «factor determinante« para escoger la sede. «Cuantos más aficionados pudieran acudir, mucho mejor», explicó el exjugador. Clemente Villaverde también destacó el «pleno acuerdo» e insistió en que había imperado «el sentido común». Tampoco hubo problemas en el reparto de entradas: 30.000 para cada uno de los finalistas, cumpliendo así con el deseo de muchos de los jugadores de Mourinho y Simeone de verse apoyados por el mayor número de sus seguidores. Los dos técnicos no habían desvelado sus preferencias y aguardaban con tranquilidad una cita que, como ya comentó el entrenador argentino durante el anuncio de su renovación hasta 2017, «aún se ve muy lejana».
Tras superar las semifinales, se filtró a los medios de comunicación que el Real Madrid había solicitado que la final se disputara en el Camp Nou de Barcelona, con capacidad para 98.000 espectadores, y se barajaron otras posibilidades, como el valenciano Mestalla, La Cartuja de Sevilla o, incluso, San Mamés, como homenaje de despedida a la histórica casa del Athletic de Bilbao. Sin embargo, el hecho de facilitar que las dos aficiones pudieran disfrutar de la cita sin la necesidad de realizar desplazamientos innecesarios también se tuvo en cuenta.
Pese al aparente beneficio para el Real Madrid por jugar en su terreno, los precedentes coperos son más bien preocupantes para la entidad presidida por Florentino Pérez. De las cuatro finales que han disputado ante su gran rival regional, tres cayeron del lado colchonero, todas ellas disputadas en el Bernabéu. Son los mismos infaustos recuerdos que vuelven a la memoria de la hinchada blanca con el 'Centenariazo' de 2002. Cuando todo estaba preparado para festejar el triunfo y los 100 años del club, el Deportivo no quiso ser el convidado de piedra y se llevó el título para tierras gallegas.