Perucho ya se ha acostumbrado a los cantos de sirena. «Mucho prometer, pero al final no ves los hechos», dice. A pesar de ello, no se desanima. Él solo piensa en cumplir su papel y esperar la misma respuesta. Campeón olímpico, del mundo y europeo. La hoja de servicios de Carlos Pérez Rial está al alcance de muy pocos. Y su intención es ampliarla, más allá de ayudas o abandonos. «A seguir trabajando. Siempre digo que tengo que demostrar el día a día en el agua y estar ahí arriba en las competiciones. Luego, ellos tienen que hacer lo que les corresponde».
Perucho tiene muy claro que su vida está ligada a la canoa, y con más o menos colaboración «no voy a dejar de remar. Voy a seguir con más ganas para demostrar que no estoy en el olvido y que no soy tan malo ahora ni fui tan bueno antes». Superado el trago amargo de no poder competir en Londres, el deportista se centra en los próximos retos. Río es todavía un horizonte lejano, así que el piragüista irá quemando etapas poco a poco. «Este año el principal objetivo es el Mundial, pero por el camino tengo el Campeonato de Europa y los Juegos del Mediterráneo, así que hay bastantes retos». Para afrontarlos ya se ha puesto manos a la obra. Compagina su trabajo con las horas de entrenamiento y poco a poco va recuperando el tono. «Voy cogiendo forma poco a poco porque compaginar el trabajo y los entrenos cuesta un poco, pero me adapto bien, Con ganas».
Primero, al español
El próximo fin de semana Perucho participará en el Campeonato de España de fondo en 5.000 metros. No es su especialidad, ni mucho menos. Su fuerte son los 200, pero la prueba le servirá para coger sensaciones. Quiere que su cuerpo vuelva a latir al ritmo de las paladas. El Europeo en junio, los juegos del Mediterráneo en julio y el Mundial en agosto esperan al mejor Perucho.