La cruzada de Recoba

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

En el renacimiento de su carrera, devuelve la Liga israelí a Tel Aviv tras diez años

27 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

De la tumba del Apóstol a la cuna de la cristiandad. Pero siempre con marchamo gallego. El excanterano del Compostela Gonzalo García Recoba (Montevideo, Uruguay, 1983) resurge con ímpetu en una trayectoria que más parece una montaña rusa y se hace con el campeonato de Liga israelí vistiendo la camiseta del Maccabi de Tel Aviv, el mejor equipo del país pero que sufría una sequía de títulos que rayaba la década.

Pero llegó Recoba, de la mano de Jordi Cruyff, director deportivo y Óscar García, entrenador. El delantero gallego cautivó al hijo del mítico 14 del Ajax y Barcelona en su etapa en el AEK de Larnaca chipriota. O quizás antes, cuando Recoba emigró a Holanda abandonando aquel Real Madrid de Valdano por culpa de una grave lesión de espalda. España lo había descartado para el fútbol de élite. Holanda logró resucitarlo (Heerenveen, Groningen...). En Israel, culminó su particular cruzada.

El futbolista hacía balance para La Voz de Galicia en pleno momento de euforia. «Cuando me dijeron que fichaje por un club de Israel, me pareció un poco raro. Lo único malo fue cuando hubo intercambio de misiles con Gaza en noviembre, pero ahora sé que Tel Aviv es impresionante. La vida aquí es espectacular, no creo que nunca vaya a vivir en otra ciudad parecida».

Con 29 años y dos más de contrato, pudiese parecer que Recoba ha encontrado asiento. Nada más lejos de la realidad. «Sería difícil volver a España, por la situación económica de los clubes, pero a mí me gusta moverme, conocer sitios, es un factor importante. Me gustaría probar Estados Unidos, pero ahora mismo no es posible», avanza al mismo tiempo que confiesa: «Echo de menos Chipre, mucho Holanda y también Santiago».

En su carrera ha pasado de ser el futbolista del año a la grada, de titular indiscutible a lesionado de larga duración. «Pero solo lo pasé mal a mi llegada a Holanda, porque estaba solo», dice.

De Tel Aviv dice que es «un oasis en Israel, una ciudad americana por completo, paraíso vacacional de los judíos de todo el mundo, una ciudad que no duerme». «Sin embargo, la gente es mucho más agresiva a la hora de hablar, conducir y mucho más fanática en el fútbol, aunque no llegan a la violencia. Por ejemplo, nuestro rival es el Hapoel de Tel Aviv. Va de rojo. Y nosotros no podemos llevar nada de ese color, ni por la calle. Tampoco sus futbolistas visten nada amarillo, nuestro color. Tendrían problemas», relata.

«El campeonato es muy técnico, pero táctica y físicamente es muy flojo. El calor afecta. Pero llegamos nosotros, con el modo de trabajar del fútbol español. Éramos claramente más fuertes que nuestros rivales», añade. El título era inevitable.