Oladapo Oladipo: «Los insultos racistas seguirán, sabemos cómo funciona esto»

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

PACO RODRÍGUEZ

Tras denunciar una agresión en Vilalba, afronta el futuro con resignación

08 oct 2013 . Actualizado a las 11:34 h.

«Yo soy de Lugo, por eso me extrañó», dice Oladapo Oladipo Dapo (Lagos, Nigeria, 1989) recordando los insultos racistas recibidos anteayer por parte de un aficionado en el campo de A Magdalena, donde el ahora futbolista del Dorneda jugó en la temporada 2010-2011 defendiendo al Racing Vilalbés. Llegó con 13 años a España y se defiende perfectamente en gallego, idioma en el que se dirigió a su agresor en la grada.

-¿Por qué reaccionó de esa manera a los insultos racistas?

-Es que me extrañaba muchísimo porque conozco a todo el mundo allí. Este aficionado es un mítico de Vilalba. Estoy acostumbrado a que me insulten durante el partido, pero no tras acabar. Llegué a pensar que era algo personal, contra mí. Me decía que subiese a la grada. Y yo necesitaba que me diese una explicación. «Señor, perdemos e imos fastidiados a casa. ¿Que lle fixen?», le pregunté.

-Con la Guardia Civil por medio, ¿cómo reaccionó el público?

-Intentaban taparle la boca. «Dapo é da casa, xogou aquí», le decían. Unos más que otros, incluso los jugadores y la directiva del Vilalbés intentaban calmarle. Brizzola le recriminó a la Guardia Civil que no le hubiese calmado cuando insultaba durante el partido y le hubiese dejado llegar a ese punto.

-¿Y usted, cómo llegó a ese punto? ¿Era la primera vez que le sucedía?

-No, qué va. De hecho, estoy acostumbrado.

-¿Acostumbrado a que le insulten?

-A ver. Tengo que decir que no es un colectivo el que profiere insultos racistas. Pero en todos los campos siempre hay uno o dos que lo hacen. Lo que nunca me pasó es lo de Vilalba. Durante el partido, lo tengo asumido. Pero, ¿cuando ya se acabó?

-¿Pero cómo puede usted tener asumida una situación tan grave?

-Mira, cuando estaba en el Polvorín juvenil, el entrenador, Julián. Me mentalizó y me dijo que siempre me iba a pasar. Me enseñó a hacer oídos sordos. Tal como son las cosas, era eso, volverse loco o no jugar.

-Hay otra opción: que de verdad se castigue como se merece a los agresores y se erradiquen los comportamientos racistas.

-Los insultos racistas seguirán. Nosotros sabemos cómo va el tema, cómo funciona esto. Todo eso que tú dices, está muy bien en la teoría, pero la realidad es otra cosa muy distinta. La realidad es que después no pasa nada, o pasa muy poco.

-¿Esa es su lectura?

-La gente que minoriza estos insultos y que condena estos comportamientos, el apoyo que he recibido en las redes sociales... eso es lo principal para mí. Eso es lo que me ayuda a seguir. Porque, seamos realistas. Esto va a continuar sucediendo y yo no tengo la forma de cortarlo. ¡Lo que llevo aguantado! Y lo que me queda. El próximo partido no, porque es en O Condús, pero en el siguiente, sea donde fuere, ya espero que vuelva a pasar otra vez.