La albiceleste inicia el sueño de su tercer título ante una selección debutante en el estadio de Maracaná, con un Leo Messi que deberá tomar el mando
15 jun 2014 . Actualizado a las 20:13 h.El mítico Maracaná de Río de Janeiro recibe su bautismo en este Mundial de Brasil para dar rienda suelta a los sueños de grandeza de Argentina frente a la debutante Bosnia-Herzegovina. Una cita clave para que el grupo de Alejandro Sabella confirme su condición de favorito, despeje las dudas que le asolan en defensa y muestre el verdadero estado de Leo Messi tras un curso decepcionante con el Barça.
Para cumplir el reto en su primer gran campeonato en feudo de su gran rival continental, ya que no compitió en la edición de Brasil'50, la albiceleste precisa que Messi esté inspirado, alegre, ilusionado y brillante. Debe de ser ahora o nunca para la Pulga, que fracasó con sólo un gol en sus dos anteriores citas mundialistas y llegará ya con 31 años, y seguramente muy castigado, a la Copa del Mundo de Rusia.
Limitado por sus problemas musculares, criticado por no correr ni presionar como antes y cuestionado por perder hasta la voracidad goleadora con los culés, se sospechaba que Messi tenía miedo de romperse para este certamen que le elevaría hasta al dios Maradona si guía a su país al título como capitán y líder. Se lesionó en noviembre y, salvo partidos esporádicos, no volvió a acercarse a su mejor nivel. Es el momento de ver si se reservaba o es una sombra del gran Leo, campeón mundial juvenil y medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín. Sabella trata de restarle presión y despojarle de una responsabilidad excesiva que puede provocarle tensión, agarrotamiento y quién sabe si hasta vómitos. «Por muy bueno que sea, por más extraordinario, siempre necesita del apoyo del equipo, de equilibrio y de solidez», explica el técnico. Leo Messi mantiene los pies sobre la tierra. «Estamos para ganar algo, pero los equipos a seguir son Alemania, Brasil, España y Francia», reveló antes de la inauguración.
Sabella también sufre el peso del deber sobre sus hombros. Han desfilado con pena famosos personajes por los banquillos de Argentina en los últimos años, desde Alfio Basile, Marcelo Bielsa o el Pelusa Maradona, pero ninguno volvió a hacer reír a la albiceleste, 28 años huérfana del gran título y sin pasar de cuartos desde que alcanzó la final de Italia'90, perdida frente a Alemania. Y han transcurrido 21 años desde que conquistó su última Copa América en Ecuador.
Decadencia
«El fútbol argentino perdió el amor por la pelota. Es un signo de decadencia y de falta de sin vigor. Cada día salen menos jugadores distintos y buenos. Creo que hemos retrocedido», pregona Jorge Valdano.
Argentina dispone de armas de destrucción masiva con Messi, Agüero, Di María o Higuaín, seria duda para el partido inaugural por un problema de tobillo que arrastra desde la final de Copa de Italia, pero está descompensada. «En defensa no se ve un jugador con dotes de mando. Sabella habrá tenido que trabajar mucho en el funcionamiento», insiste Valdano. «No hay un Passarella (capitán y campeón en Argentina'78) o un Óscar Ruggeri (ganador en México'86), gente que a grito limpio sea capaz de despertar a los compañeros y de organizar los momentos comprometidos del partido», describe el exjugador.
Los hinchas nostálgicos añoran a Maradona, a Kempes y a generaciones de caudillos y finos estilistas. La albiceleste ha ganado en el inicio de los últimos cinco mundiales, pero sus simpatizantes no olvidan las sorprendentes derrotas con Bélgica en España'82 y Camerún en Italia'90, ambas como defensora del título y por idéntico resultado (1-0).
Si en un estreno todo es diferente, y más aún con el nudo en el estómago que se forma al entrar en Maracaná, existe un antecedente cercano entre estas dos selecciones: Argentina venció 2-0 en un amistoso en noviembre del año pasado en Saint Louis (Estados Unidos), con dos goles de Agüero, jefe de operaciones en ausencia de Messi.
Sabella no definió aún el once titular y en los últimos días ensayó en el búnker de Belo Horizonte dos variantes, una ofensiva 4-2-3-1 con los «cuatro fantásticos» en ataque, y otra más conservadora 5-3-2, su sistema favorito y que utilizó en aquella victoria ante los balcánicos.
Safet Susic, seleccionador de Bosnia, aseguró que no habrá marcaje individual sobre Messi. Sin embargo, podría jugar al engaño y destinar a Muhamed Besic, defensa del Ferencvaros húngaro, para que vigile a la estrella. Se saben inferiores pero capaces de luchar al menos con Nigeria por la segunda plaza.
«Argentina es favorita no sólo en este grupo sino para hacer un largo recorrido en esta competición. Ellos tienen al mejor jugador del mundo y una gran oportunidad de ganar el título en un Mundial que se disputa en Sudamérica», admite Edin Dzeko, su gran figura. Pero la historia está repleta de sorpresas. Y una victoria en el Maracaná ante Argentina catapultaría a los bosnios a la portada de todos los diarios del mundo. Sería su momento de gloria.
Alineaciones probables
Argentina: Romero, Zabaleta, Fernández, Garay, Marcos Rojo, Gago, Mascherano, Di María, Agüero, Messi y Lavezzi o Higuaín
Bosnia: Begovic, Mujdza, Spahic, Kolasinac, Salihovic, Besic, Pjanic, Hajrovic, Misimovic y Lulic y Dzeko
Árbitro: Joel Aguilar (El Salvador)
Estadio: Maracaná
Hora: 24.00 (Telecinco)