El futuro incierto del fútbol con Blatter

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

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FABRICE COFFRINI / Afp

«Perdono, pero no olvido», dijo ayer el presidente de la FIFA a los que trataron de alejarlo de la organización

31 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La reelección de Joseph Blatter al frente de la FIFA, que solo la detención en Zúrich de siete altos cargos del organismo internacional en la jornada previa al congreso hizo que pareciese que podría peligrar la continuidad del suizo en su pedestal, abre un sinfín de interrogantes sobre el incierto futuro del mundo del balón. Pese a lo que promulgó durante la que significó su quinta proclamación como el patriarca de la gran familia del fútbol, parece poco probable que a sucesor le quede una FIFA «fuerte y robusta».

De hecho, las únicas palabras que sonaron realmente sinceras de Blatter estos días en la tierra desde donde despegó desde el turismo hasta la secretaría general de la federación fue las que utilizó para dar por concluido el evento. Un Blatter eufórico, con la misma risa floja que le entra a alguien que acaba de atravesar un mal trago, se dirigió a los 209 representantes nacionales del fútbol y les dijo: «La FIFA somos el fútbol y vamos a defenderlo sin descanso, pero incluso más importante que el juego y su desarrollo es que disfruten de la vida». El problema para Blatter es que empieza a haber evidencias de que ya antes de que las pronunciase, algunos -entre ellos, grandes nombres del entorno del presidente, como su predecesor Joao Havelange, quien lo colocó en el puesto de secretario general- se habían tomado sus palabras al pie de la letra.

¿Podrá aguantar Blatter la presión de los escándalos de corrupción?

Los escándalos de corrupción relacionados con el fútbol empiezan a alcanzar cotas irrespirables. Antes de que Blatter fuese reelegido, dos de sus vicepresidentes acabaron en prisión en la operación impulsada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que ve evidencias de que algunas de las cabezas visibles a nivel regional del ente que rige el fútbol mundial habrían creado una trama para conseguir sobornos a cambio de la adjudicación de grandes contratos de patrocinio y de derechos audiovisuales de partidos de las selecciones americanas. Las pesquisas del FBI, que argumenta para declararse competente en esta materia que muchos de estos sobornos se pagaron en suelo norteamericano y a través de bancos de este país, señalan al argentino Julio Grondona, la mano derecha de Blatter hasta que falleció a finales del julio pasado, como uno de los implicados, sería una de las personas que recibiría ingentes cantidades de dinero de firmas interesadas en utilizar el escaparate comercial de las selecciones nacionales de fútbol. Pese a ello, Blatter continúa argumentando que él es ajeno a la corrupción.

No le deja en buen lugar la persona que decidió que encabezase el órgano de instrucción de la Comisión de Ética de la FIFA. Ante los continuos rumores de que las designaciones de Rusia y Catar como organizadores de los siguientes mundiales podrían haber sido el producto de un amaño, el presidente anunció que el prestigioso ex fiscal estadounidense Michael J. García se haría cargo del caso.

Después de una labor minuciosa que desembocó en 350 folios de sumario, Michael J. García elevó un informe al órgano de resolución de la misma comisión en el que concluía que durante el proceso para que la Copa del Mundo terminase viajando en el 2018 a Rusia y en el 2022 a Catar se habían producido un cúmulo de irregularidades que para una organización mínimamente combativa con la corrupción serían intolerables. El órgano de resolución, sin embargo, decidió que no había motivo para abrir un expediente por este caso. García dimitió. «Es muy complicado cambiar la cultura de una organización», dijo en su despedida.

¿Cómo gestionará sus diferencias con la UEFA?

«Perdono, pero no olvido», señaló ayer en una entrevista Joseph Blatter. El suizo sabe que la mayor oposición a su reelección llegó de la UEFA, la federación más fuerte de cuántas integran la FIFA -al menos en número de licencias y de importancia de los equipos y selecciones que la integran, porque para la elección del presidente todas las federaciones aportan un único voto-. El presidente de la UEFA, el francés Michel Platini, aseguró que continuarán apoyando el cambio. Pese a su amenaza, Blatter sabe que las dos partes están «condenadas a entenderse», aunque nadie duda de que aprovechará para ajustar cuentas.

¿Cómo pretende premiar a los que le han sido fieles?

El suizo logró mantener el poder gracias a las federaciones africanas, Oceanía y parte de Asia. Blatter quiere darles más peso a estas regiones dentro del comité ejecutivo en detrimento de federaciones beligerantes con su gestión, como la UEFA. El órgano pasará a ser de 30 miembros.