Infantino cumple un año de modernización de la FIFA

óscar gonzález MADRID / EFE

DEPORTES

YE AUNG THU | AFP

Balance de los últimos doce meses tras una tensa votación que se decantó del lado del italo-suizo en segunda ronda

25 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 26 de febrero del 2016, la FIFA cerró la crisis más grave de su centenaria historia con la elección de Gianni Infantino como presidente, tras una tensa votación que se decantó del lado del italo-suizo en segunda ronda.

Respiró Infantino y gran parte del fútbol europeo que, hasta el último momento, temieron por un cambio en el eje de influencia, que se hubiese desplazado a Asia si el elegido hubiese sido el jeque Salman Ebrahim Al Khalifa.

De hecho, Infantino se desayunó esa misma mañana con la imagen del jeque bareiní en portada de algunos de los medios más influyentes de la prensa mundial, que le daban como favorito, después de que la víspera la reunión de las Confederaciones hubiese alimentado las dudas sobre el resultado final.

A la elección concurrían por primera vez cinco candidatos, pero solo estos dos parecían contar con opciones.

Atrás había quedado una operación judicial, encabezada por Estados Unidos con el apoyo policial de Suiza, que había descabezado el fútbol, empezando por Joseph Blatter -forzado a dimitir cuatro días después de ser reelegido- y destapado un submundo de sobornos y corruptelas.

Durante los nueve meses que pasaron desde la caída de Blatter al congreso extraordinario, la FIFA se convirtió en sinónimo de corrupción. Y comenzaron a huir los patrocinadores.

Por eso, se anunció un congreso de «refundación», que debía concluir con la elección del presidente de la nueva era. Y ese era Infantino. «Comienza una nueva era», proclamó entonces, para anticipar un corto mandato (hasta el 2019) que ya ha agotado su primer año con algunas propuestas revolucionarias como el videoarbitraje o Mundial de 48 equipos, pero, sobre todo, honradez y transparencia.