Solari está en medio de un gran lío. Probablemente lo vio venir Zidane y optó salir de escena de manera abrupta. Y ahora es el técnico argentino, tras el breve paso de Lopetegui por el Bernabéu, el encargado de encontrar una salida. No lo tiene fácil, aunque se nota su mano.
Con Isco, sin que siga sin saberse por qué, optó por aguantar el pulso. En el once inicial, los tres jugadores que están rindiendo a un mejor nivel apenas contaban para su antecesor: Vinicius, Reguilón y Lucas Vázquez, tres futbolistas que, cuando menos, han inyectado energía en un colectivo con poco gol y que, sin ellos, estaba siendo un coladero.
Solari no tiene la culpa del vacío dejado por Cristiano Ronaldo. Bale, con el protectorado de Florentino Pérez, fue un dolor de muelas para sus entrenadores. Ancelotti lo reconoció hace unos días en una entrevista. Y no es fácil gestionar su desidia. El único nueve, Mariano, no parece ser de su agrado. Y no hay mucha más cera ardiendo en la casa blanca. Hasta el momento, su gran aportación para salir de ese lío en el que se ve el Real Madrid, ha sido dar cancha a esa tripleta con la que el equipo es más solidario, presiona y llega. Mejoró la faena con la muleta. Pero falta estoque. Y ese es un grave problema. Como lo es afrontar otro clásico intrascendente en la Liga, con el Ajax a la vuelta de la esquina. Otro lío para Solari.