Teresa Portela, leyenda del olimpismo español tras lograr el bronce y ganar plaza para sus sextos Juegos

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La piragúista Teresa Portela, en pleno Mundial del 2019
La piragúista Teresa Portela, en pleno Mundial del 2019 RFEP |

La canguesa concluyó la final mundialista colgándose el bronce del K1 200 con el mismo tiempo que la danesa Jorgensen,  ambas terceras, convirtiéndose en la hispana con más participaciones olímpicas de la historia

02 ago 2021 . Actualizado a las 18:40 h.

Había amenazado con ello en las series eliminatorias y en las semifinales que la llevaron a la final que esta mañana dilucidaba los cinco primeros pasaportes al K1 200 de los Juegos Olímpicos de Tokio. Y Teresa Portela cumplió. A lo grande, con una medalla de bronce catada entre sus dientes rociada de lágrimas en el podio húngaro de Szeged. A sus 37 años, la canguesa se ha elevado a la condición de leyenda del deporte español. Con su tercer puesto en la lucha por las medallas con el mismo tiempo que la danesa Jorgensen, con la que compartió escalón en el cajón de la gloria, la pupila de Daniel Brage se ha ganado el derecho de disputar los que serán sus sextos Juegos. Un registro que ninguna otra mujer española había alcanzado hasta el momento.

La proeza de Teresa Portela se multiplica, en tanto completó la final a tan solo 1 centésima de segundo de la nueva subcampeona del mundo, la polaca Marta Walczykiewicz, y con el mismo tiempo, 41,34, que la danesa Emma Aastrand Jorgensen, repitiendo el bronce mundialista con el que cuatro años atrás había conseguido también por la vía exprés la plaza para los Juegos Olímpicos de Río 2016, que eleva a 15 los metales de la gallega en Campeonatos del Mundo.

El título en Szeged, una vez más, para la tirana del K1 200 a lo largo de la última década, la neozelandesa Lisa Carrington, una vez más imperial: 39.39.

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«Venía con idea de conseguir la plaza olímpica, cumplir mi sueño, sabiendo que iba a ser muy difícil», declaró Teresa Portela tras alcanzar lo nunca logrado antes por una deportista española.

Roi Estévez, octavo en el K1 1000

La alegría para el equipo de piragüismo español se sucedió en la siguiente final, la del K1 200 masculino, con el zamorano Carlos Garrote defendiendo el título mundial. Si bien no lo pudo revalidar, sí se subió al podio, bronce en 35.12, por los 34.86 del británico Liam Heath, oro, y los 35.04 del serbio Strahinja Stefanovic, logrando de este modo Garrote uno de los cinco pasajes en disputa para la gran cita de Tokio el próximo año.

El que no consiguió billete para los Juegos Olímpicos del 2020 en Szeged fue el tomiñés Roi Rodríguez. El palista del Kayak Tudense apostó por salir fuerte en la final mundialista del K1 1.000, la tercera y última del programa olímpico con participación española, manteniéndose hasta mitad de la regata en la cuarta posición por detrás de los tres hombres que se repartieron el podio en una lucha cerrada: el húngaro Kopasz (3.36.07 de tiempo final), el checo Dostal (3.37.31) y el portugués Pimenta (3.37.63), este último, habitual compañero de entrenamientos de Rodríguez. El tomiñés pagó su esfuerzo inicial en el tercer parcial, alcanzando la marca del 750 rezagado ya a un octavo puesto del que no consiguió remontar, para finalizar el kilómetro en 3,42,22,